El Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES) de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) presentó su Informe de Coyuntura Julio 2019, en el que pronosticó una caída de 22 % del Producto Interno Bruto (PIB) y una inflación de 9.416 % al cierre de este año, que aunque es mucho menor que la de 2018 seguirá siendo “la más alta de América Latina y el mundo”.

En el documento se abordan las sanciones financieras a Petróleos de Venezuela SA (Pdvsa) y el Banco Central de Venezuela (BCV), y el impacto que producen en la economía nacional, producto de las restricciones para colocar el crudo venezolano en mercados internacionales.

El IIES además explica que “para finales de 2019, esperamos que el PIB represente sólo 39% de lo que llegó a ser en 2013. Este ya muy prolongado deterioro del nivel de actividad económica debe haber afectado notablemente la capacidad potencial de la economía, haciendo mucho más reducidas las posibilidades de una recuperación sostenida”.

Es decir que si se compara con los últimos 6 años, la economía venezolana producirá dos tercios menos que antes de la llegada al poder de Nicolás Maduro, cuando el descenso de los precios del petróleo, el desarrollo de una emergencia humanitaria compleja y la exacerbación de la crisis política, llevó al país en una severa contracción.

“La aceleración en la tasa de decrecimiento de la economía está, sin duda, asociada a la importante reducción de la producción de hidrocarburos y sus derivados, el
deterioro de los servicios fundamentales (energía, agua, salud y educación) y de la
infraestructura básica de apoyo a la producción, la implementación de una
política monetaria y fiscal en extremo contractiva y los efectos de las sanciones internacionales al régimen”, señala el IIES.

Menor inflación

El Instituto refleja  la desaceleración de la inflación en los últimos cuatro meses cuando la tasa mensual promedio “se estima en 31,2%, que está por debajo de la inflación mensual promedio registrada entre enero y febrero que fue de 155,5%”.

Esto se debe a varios factores, entre los que nombraron la tendencia del tipo de cambio a apreciarse y “la continua contracción de la demanda agregada real que han incidido desacelerando el ritmo de la hiperinflación en los últimos cuatro meses”, pero de inmediato advierten que “aun asumiendo que la reciente reducción en la tasa de inflación se mantenga el resto del año, se estima que los precios terminarían incrementándose 9.416%; una tasa más baja que en 2018 (1.698.848%), pero que sin duda seguirá siendo, por mucho, la más alta de América Latina y el mundo”.

Tal realidad se debe a la contracción de la oferta interna y externa de productos, así como la política monetaria del BCV, pues a pesar de que “la reducción de las distorsiones cambiarias y la apreciación real del tipo de cambio no serán suficientes para revertir el
severo problema inflacionario que desde hace ya bastante tiempo caracteriza a la economía venezolana”.

Petróleo en picada

El IIES ahonda sobre la caída de la producción petrolera, que muestra un descenso de
74 % al pasar de 2,894 millones de barriles diarios a 741 mil barriles diarios en el segundo trimestre del 2019, lo que implica una reducción en las importaciones y también de la salida de crudo, especialmente a Estados Unidos tras las sanciones, por lo que el gobierno de Maduro envía más petróleo a países asiáticos como China, India, Singapur y Rusia.

En el caso de las sanciones resaltan que esto ha impedido la compra de diluyentes y mejoradores para comercializar el petróleo, especialmente el pesado de la Faja Petrolífera del Orinoco, lo que ha dificultado la producción de gasolina y gasoil para el mercado interno.

“Por ello, además de reducirse el valor promedio de la cesta petrolera de exportación, se ha afectado negativa y significativamente el nivel de actividad interna y el bienestar del ciudadano promedio”.

Salarios devaluados

Y sobre los salarios el estudio, elaborado por los profesores investigadores  Luis Zambrano Sequín y Santiago Sosa, dice que pese a los 29 aumentos desde 2013, desde entonces, “de hecho el salario mínimo real se ha reducido en el período comentado en un 97%”.

Añaden que “teniendo en cuenta la evolución mensual, el salario real en junio de este año representó el 50% de lo que fue en enero pasado. Sin temor a equivocarnos, se puede afirmar que aun considerando que las ganancias desinflacionarias de los últimos dos
meses se mantuvieran, los salarios reales seguirán deteriorándose”.

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Foto y cuadros: IIES-Ucab

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