Para los caraqueños es cada vez más difícil disfrutar de las tradiciones de Semana Santa, entre las que destaca no comer carnes, sino pescado. Un kilo de pescado salado cuesta entre 450.000 y 1.450.000 bolívares, lo que implica un gasto de entre dos y cuatro sueldos mínimos solo en la proteína.
El equipo de Efecto Cocuyo realizó un recorrido por algunos de los principales mercados municipales de la capital este miércoles, 28 de marzo, para verificar el precio y disponibilidad del ingrediente clave de la semana de reafirmación de la fe católica.
En el mercado de Quinta Crespo se encuentran seis tipos de pescado salado. El de menor precio es el roncador en ruedas, que vale 450.000 bolívares el kilo; le sigue el chucho a 798.000, la curvina pequeña a 980.000, el atún seco a 1.200.000, bonita grande en 1.150.000 y, el más costoso, el mero a 1.450.000.
A juicio de la encargada del establecimiento, que no quiso dar su nombre, los pescados salados que más se venden son curvina, chucho y bonita. Sin embargo, con respecto al año anterior, las ventas han caído 50%, dado que “cada quien compra según sus posibilidades”.
De igual forma, continuó la responsable del puesto, “si compras 15 o 20 kilos de cada cosa es mucho”, dado que los mayoristas están adquiriendo mercancía en la misma proporción.
Ana Ramírez, pensionada y vecina de la parroquia El Recreo, fue al mercado de Quinta Crespo a comprar 300 mil bolívares de chucho seco. “No comía pescado desde la Semana Santa pasada”, aseguró. Además, agregó que de no ser por la ayuda de sus hijos, algunos días no podría comer.
Hacia el este de Caracas, en el mercado municipal de Chacao, se encuentra una variedad distinta de pescado salado. En este lugar los de menor costo son la anchoa, la raya y la alvacora, a 790 mil bolívares. El róbalo está a 798 mil y el cazón a 980 mil.
Uno de los encargados del establecimiento del ramo más grande en el mercado comentó que los más vendidos en su tipo son la raya, la curvina y el róbalo. Este miércoles, todos los trabajadores estaban enfocados en atender a la importante clientela que acudió al local comercial. “De todo se está vendiendo, igual que el año pasado”, aseguró.
“Casi no hay salado”
“¿Cómo te hablo de clientela si no hay mercancía?”, dijo una de las trabajadoras del ramo del mercado Guaicaipuro, quien explicó que el pescado salado no se vende tanto como el fresco por su costo. Este miércoles vendió lo que le quedaba de pescado salado a 890.000 mil bolívares.
En esta oportunidad, la compra de Carmen Durán no tiene pescado. Calificó como “incomprable” la oferta de pescado en el mercado. Comentó que las hortalizas, adquiriendo lo mínimo de cada uno de los ingredientes que necesita, le costó un total de cuatro millones.
Por su parte, Marlin Peñaloza, quien se encontraba en el supermercado Excelsior Gama de Santa Eduvigis buscando pescado salado, reconoció con respecto a los precios del ingrediente, que en Semana Santa suelen aumentar los costos. Sin embargo, su intención de comer el alimento marino esta Semana Santa, no podrá realizarse en esta oportunidad.
En el establecimiento solo hay cazón y lamparosa fresco que, según su peso, cuestan entre 263 mil y 503 mil bolívares en el primer caso y 330 mil y 449 mil con respecto al segundo.
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