Una producción cada vez más mermada en condiciones desfavorables. Los puestos de trabajo son uno de los elementos más afectados de la crisis económica, lo cual afecta aún más el rendimiento de las empresas y su capacidad de generar empleo en el país.
Así lo advirtió el presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), Adán Celis, durante la presentación de la Encuesta cualitativa de Coyuntura Industrial correspondiente al segundo trimestre de 2019 este martes, 20 de agosto.
En ella, el empresario señaló que el 76% de las compañías industriales consultadas informó que redujo sus empleos en el último año. Las que tuvieron mayor reducción en la tasa de empleabilidad fueron la mediana y pequeña industria, que perdió 71% y 67%, respectivamente.
“Cerrar una empresa o disminuir una empresa, es cerrar un espacio de empleo en el país”, expresó.
Ello se ve reflejado en la disminución de la producción, que cayó un promedio de 80%. “Parte de los aspectos que más impactaron en la fabricación de productos durante el 2019 fueron: la baja demanda nacional, incertidumbre en el escenario político y precariedad de los servicios básicos“, explicó Celis a los periodistas presentes en el lugar.
Según indicó, las empresas identifican como su mayor problema la caída en sus ventas ocasionado, principalmente, por la disminución del poder adquisitivo de los venezolanos y el descenso en el consumo.

De hecho, debido a la caída en la demanda de bienes y servicios, el 78% de las compañías tuvo reducciones en sus ventas.
“Los venezolanos necesitan recuperar sus ingresos y sus puestos de trabajo. Responsablemente, cualquiera que dirija la política del país, debe estar pensando en eso”, dijo Celis.
Presupuesto e inventario limitado
Con restricciones sobre los créditos a través del encaje legal y la caída en los ingresos, el presupuesto de las empresas también se achica. Ello impacta en la capacidad de realizar inversiones, las cuales se contrajeron 81% con respecto al mismo período en 2018.
Las consecuencias de la falta de presupuesto, además de reflejarse en la falta de producción y reducción de empleos, también restringe la capacidad de mantener las instalaciones operativas: actualmente la industria de Venezuela solo opera al 19% de su capacidad instalada.
Es un número ínfimo si se compara con el rendimiento de la región, donde en países como Argentina, en una recesión económica e inflacionaria, la actividad industrial está al 61% de su capacidad; o Colombia, país vecino de Venezuela, cuya actividad alcanza el 81%.
Pero atraer las inversiones necesarias para recuperar la industria nacional tampoco es tarea fácil, según el presidente de Conindustria. “El índice de confianza en Venezuela para las inversiones es de -41%. Por eso es que ustedes ven que las empresas se van, especialmente las multinacionales”, afirmó.
Celis también insistió que sin la existencia de un marco jurídico orientado a eliminar la persecución contra el sector privado y suprimir los controles sobre la economía, como el de precios o el de cambio para acceder al canje por divisas.
Sin embargo, lamentó que eso no ocurrirá mientras se continúe “regulando y tomando decisiones por Twitter” o persista las afectaciones al sector productor, como la falsificación de productos, entre los que destacó los casos de los cereales Kellogg’s y las denuncias de Colgate.