Inventarios que se agotan. El ritmo acelerado de la hiperinflación disminuye las posibilidades de las empresas de mantenerse operando en el país, aseguró el analista financiero Henkel García.

Muchos empresarios, explicó, deben reponer inventarios con dinero proveniente de sus propios bolsillos, y no producto de los negocios. A esto se suma que los créditos bancarios disminuyeron, por lo tanto deben diseñarse nuevas estrategias para la reposición de productos.

“No son pocos los casos de los empresarios que deben aportar capital para poder mantener sus empresas abiertas”, dijo el director de la firma Econométrica este miércoles, 14 de noviembre, en el Congreso de Economía de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab).

Juan Pablo Otalquiaga, presidente de la Confederación de Industriales (Conindustria), informó que al menos 700 empresas han cerrado en lo que va de año 2018 en Venezuela. Sobre ello responsabilizó al Gobierno de Nicolás Maduro, especialmente las medidas que consideró erráticas del Plan de Recuperación Económica.

“Hoy las empresas tienen problemas de flujos de caja“, detalló García sobre las dificultades de mantener las operaciones. Ejemplo de ello son las transnacionales Smurfit Kappa, que cesó su labor por una intervención del Gobierno nacional, y Alimentos Kellogg’s, que abandonó el país por falta de factibilidad.

Colgate detiene su producción de líquidos por falta de suministros de Smurfit Kappa

¿Cómo solucionar la hiperinflación?

Controlar el déficit fiscal y eliminar el financiamiento a través de emisiones monetarias es el primer requisito para frenar la hiperinflación que sufre Venezuela desde hace ya un año, según afirmó el economista Luis Oliveros.

“Se necesita también una reforma fiscal y una agresiva política de privatizaciones”, detalló. Como segundo paso, y no menos importante, está la recuperación de la autonomía de las instituciones venezolanas.

Entre los otros factores destacados resaltan la recuperación de la producción petrolera, la cual se ha contraído en más de la mitad en los últimos cinco años; la reestructuración de la deuda externa, y nuevas políticas sociales que brinde soporte al plan de reconstrucción nacional.

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