Presentado como una “medida temporal” en 2003, el control de cambio impuesto por el Gobierno venezolano para evitar la fuga de capitales y reactivar la economía nacional, afectada desde los años anteriores y con el antecedente del paro petrolero de 2002, terminó siendo un enorme obstáculo para la producción nacional, que resultó mermada y con pocas divisas 15 años después.

Los Gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, en un esfuerzo de sustituir la caída productiva con importaciones apoyadas en los altos precios del petróleo, establecieron una política de controles que produjo al menos 10 esquemas cambiarios en la última década: Cadivi, Sitme, Cencoex, Sicad, Sicad II, Simadi, Dipro, Dicom, Dicom II y Dicom III. Pero todos fueron reduciendo, años tras año, sus asignaciones de divisas y demostraron su incapacidad para cubrir la demanda nacional de divisas.

En 2003 Cadivi estableció una tasa de Bs. 1.600 (BsF. 1,6 de los actuales) por dólar. Hoy, su nombre es Dicom III y la tasa es de BsF. 30.987 por euro o BsF. 24.996 por dólar. Tras 15 años con control de cambio, el valor actual del bolívar es 15.622 veces menor (1.562.150% menos) frente a la moneda estadounidense, de acuerdo a cálculos de Efecto Cocuyo.

De “cupos viajeros” a “bloqueos financieros”

Como respuesta al paro petrolero iniciado a finales de 2002, y que perduró en los primeros meses del siguiente año, el presidente Hugo Chávez ordenó la creación de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi). Dicho órgano gubernamental se encargaría de controlar las ventas de divisas a empresas y particulares, con la intención de reforzar las finanzas del Estado, dar valor al bolívar y mantener las reservas internacionales en óptimas condiciones.

El nuevo sistema se inició con un precio de 1.600 bolívares por cada dólar, e instauró un “cupo de viajes” que permitía a las personas naturales adquirir un total de 4.000 dólares en efectivo o por transferencias, y un cupo electrónico por $2.500 anuales.

Cadivi devaluó la moneda nacional en cuatro ocasiones. La primera en 2004, cuando pasó de Bs. 1.600 a Bs. 1.920. Lo mismo ocurrió en 2005, cuando un dólar comenzó a ser vendido en 2.150 bolívares. En la tercera oportunidad y habiendo eliminado dos ceros a la moneda nacional, en 2010 la tasa se fraccionó en dos: una de BsF. 2,60 (Bs. 2.600 antiguos) para los sectores considerados “prioritarios” y una de BsF. 4,30 (Bs. 4.300) para el resto. Finalmente, en 2013, bajo el nombre de Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex), incrementó la tasa a BsF. 6,30 (Bs. 6.300) por cada dólar con acceso únicamente a sectores “prioritarios”.

Como consecuencia del diferencial entre las divisas otorgadas por Cadivi y el precio en el mercado paralelo, se generó un auge entre los turistas que viajaban por breve tiempo al exterior únicamente para “raspar” los cupos, y posteriormente negociar éstos a un mayor precio. Ante ello, el Gobierno reguló el otorgamiento de divisas dependiendo del destino final del viaje, y luego eliminó los cupos a causa de ser “inviables”.

Debido a la incapacidad de Cadivi de satisfacer la demanda nacional de divisas, entre 2010 y 2013 entró en marcha el Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (Sitme), que permitiría a personas naturales y jurídicas participar en la compra y venta en bolívares de bonos de deuda pública denominados en divisas, que podían conservarse o negociar en el extranjero, y eran adquiridos por Bs. 5,30.

En 2013 también se implementó el Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), que otorgó divisas mediante subastas a una tasa de 10 y 12 bolívares por dólar y, apenas un año después, apareció el Sicad II que vendió divisas entre 49 y 55 bolívares por moneda estadounidense. Es decir, para 2014 había tres sistemas cambiarios vigentes.

Para el año siguiente, 2015, se mantuvo vigente la tasa de Bs. 6,30 de Cencoex, se fusionó el Sicad y apareció el Sistema Marginal de Divisas (Simadi), que se regiría por la oferta y la demanda en el mercado.

Posteriormente, en 2016, el Sistema de Divisas Protegidas (Dipro) reemplazó al Cencoex a una tasa de Bs. 10 para la importación de alimentos y medicinas; desapareció el Sicad y el Sistema de Divisas de Tipo de Cambio Complementario Flotante de Mercado (Dicom) tomó el puesto de Simadi, con un valor inicial de Bs. 206 por cada dólar.

El Dipro y el Dicom regirían el sistema cambiario estatal en adelante. Entre marzo y agosto de 2017 el Dicom II, una “nueva versión”, otorgó divisas a un monto máximo de Bs. 3.345 hasta que las autoridades suspendieron el sistema por las sanciones impuestas por la administración de Donald Trump, que prohíbe a instituciones y particulares estadounidenses dar financiamiento a Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y Venezuela.

Y 2018 arrancó con otra versión, conocido como el Dicom III, que se mantendría solo con la oferta del sector privado y que, luego de su primera subasta, se ubicó en 24.995,77 bolívares por dólar o Bs. 30.987,50 por euro.

En 15 años la variación del precio del bolívar frente al dólar fue de 1.562.150%, lo que representa que la moneda nacional es este sábado, 10 de febrero, 15.622 veces inferior a lo que era en 2003 ante la moneda estadounidense, de acuerdo con cálculos de Efecto Cocuyo.

Denuncias de corrupción

Los señalamientos de corrupción hechos por distintas instituciones acerca de la poca transparencia en los esquemas cambiarios son cada vez más públicos.

La Asamblea Nacional estimó que, desde Cadivi en 2003, la República perdió al menos 80.000 millones de dólares, que desaparecieron de los fondos públicos.

Héctor Navarro y Jorge Giordani, exministros de Hugo Chávez, solicitaron en febrero de 2016 la apertura de una investigación penal para rastrear el destino de unos 300.000 millones de dólares que, según alegaron, habrían sido malversados desde el inicio de los sistemas cambiarios.

Y desde mediados de 2017, Tarek William Saab, fiscal general designado por la Asamblea Constituyente, abrió investigaciones en los casos de Cadivi-Cencoex que, asegura, fueron “engavetados” en la gestión de Luisa Ortega Díaz frente al Ministerio Público (MP).

De acuerdo con sus cifras, al menos 900 empresas estarían involucradas en una trama de corrupción con los sistemas cambiarios, y arrojó hasta ahora un total de 21 empresarios privados de libertad responsables del “déficit fiscal que presenta la nación”.

Más de 100 economistas aseguraron en enero de este año que el entorno oficialista se había beneficiado con los controles de cambio, quienes se aprovecharon de la falta de transparencia de los mecanismos para adquirir divisas sin ningún tipo de supervisión o control.

Desplome productivo y de importaciones

La escasez y el desabastecimiento en el país no solo aceleraron la inflación, sino que eliminó la capacidad de ahorro en bolívares y, por ello, la fuga de capitales en moneda extranjera.

Desde el año 2014 las importaciones públicas y privadas descendieron sin cesar. Pasaron de 47.508.000.000 de dólares a tan solo $16.370.000.000 en 2016, según cifras reportadas por el Gobierno. Y para 2017 la firma de análisis de mercado, Ecoanalítica, calculó las importaciones totales habrían bajado a solo 11.895 millones de dólares.

Sumado a ello, las cifras oficiales indican que la economía nacional se contrajo 16,5% en 2016, lo cual implica una pérdida de más de 30 puntos en el PIB en los últimos cinco años, según estimaciones de economistas.

Además, la producción de Pdvsa, que representa el 95% de las divisas que ingresan al país, descendió a solo 1.621.000 barriles diarios en diciembre de 2017, casi dos millones menos que en 1998, cuando se elaboraban 3.5 b/d, según las cifras reportadas por la estatal a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep).

A pesar de la caída en la producción y de los ingresos en divisas, el Ejecutivo nacional ha mantenido sus gastos apoyado por la emisión de dinero realizada desde el Banco Central de Venezuela (BCV), que para el 2 de febrero de este año había creado Bs. 181.163.960.077.000 (billones), 1.485% más dinero que en febrero de 2017, cuando había Bs. 11.429.154.321.000 circulando en el mercado nacional, según cifras que reporta la entidad financiera en su portal web.

Como resultado del desequilibrio entre la oferta de bienes y la cantidad de dinero circulante, los precios de los productos tienden al alza porque más bolívares van tras ellos y acelera la hiperinflación, explicaron expertos.

Lea más en:

Consentidos del Dicom II también se llevaron $ 10 mil millones con Cadivi (Infografía)

</div>