Un equipo de científicos del Reino Unido y Estados Unidos cree haber descubierto el detonante para el desarrollo de unos inusuales trombos en algunos pacientes tras recibir la vacuna contra el coronavirus de Oxford-AstraZeneca.
El equipo, que publica sus resultados en la revista estadounidense «Science Advances«, detectó cómo una proteína de la sangre se ve atraída hacia un componente clave de la vacuna, lo que a su vez instiga una reacción del sistema inmune que, en combinación con otros factores aún por determinar, puede desembocar en la llamada trombocitopenia inmune (TPI).
La vacuna ‘Vaxzevria’, desarrollada por la universidad inglesa de Oxford con la farmacéutica AstraZeneca, tiene en su composición un adenovirus (en concreto, un virus de resfriado común de chimpancés), a diferencia de otros preparados que utilizan tecnología de «ARN mensajero», como los de Pfizer-BioNTech y Moderna.
Anteriores estudios constataron que las personas que contraen los trombos tras recibir la vacuna de AstraZeneca generan unos inusuales anticuerpos que atacan la proteína de factor 4 plaquetario de la sangre.
Según la investigación difundida hoy, 2 de diciembre, el adenovirus, que actúa como mensajero en la vacuna de Oxford-AstraZeneca, podría estar vinculado al desarrollo de los trombos, pues todo apunta a que su superficie externa atrae la citada proteína.
En algunos casos, el sistema inmune confunde el factor 4 plaquetario con el virus y genera anticuerpos para atacarlo. Al juntarse los anticuerpos con la proteína, se desarrollarían los trombos, indica la investigación.
Aunque las vacunas se inyectan en el músculo, a veces pueden filtrarse al flujo sanguíneo, donde podría iniciarse el proceso, se señala.
«La TPI solo ocurre en casos extremadamente raros porque debe producirse una cadena de complejos eventos para detonar este efecto secundario súper raro», afirma uno de los autores, Alan Parker, de la Universidad de Cardiff.
«Nuestros datos confirman que el factor 4 plaquetario puede unirse a los adenovirus, un paso importante para desencadenar el mecanismo subyacente en la TPI. Establecer todo el mecanismo podría ayudar a prevenir y tratar esta condición», añadió.
La formación de trombos en una minoría de pacientes ha llevado a muchos Gobiernos a limitar la administración de la vacuna de AstraZeneca, que sin embargo es la más económica y de más fácil transporte.
Un portavoz de la farmacéutica, cuyos expertos participaron en el estudio, ha señalado que, «aunque la investigación no es definitiva, ofrece datos interesantes» y la empresa los tendrá en cuenta en sus esfuerzos «para eliminar este raro efecto secundario«.
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Un equipo de científicos del Reino Unido y Estados Unidos cree haber descubierto el detonante para el desarrollo de unos inusuales trombos en algunos pacientes tras recibir la vacuna contra el coronavirus de Oxford-AstraZeneca.
El equipo, que publica sus resultados en la revista estadounidense «Science Advances«, detectó cómo una proteína de la sangre se ve atraída hacia un componente clave de la vacuna, lo que a su vez instiga una reacción del sistema inmune que, en combinación con otros factores aún por determinar, puede desembocar en la llamada trombocitopenia inmune (TPI).
La vacuna ‘Vaxzevria’, desarrollada por la universidad inglesa de Oxford con la farmacéutica AstraZeneca, tiene en su composición un adenovirus (en concreto, un virus de resfriado común de chimpancés), a diferencia de otros preparados que utilizan tecnología de «ARN mensajero», como los de Pfizer-BioNTech y Moderna.
Anteriores estudios constataron que las personas que contraen los trombos tras recibir la vacuna de AstraZeneca generan unos inusuales anticuerpos que atacan la proteína de factor 4 plaquetario de la sangre.
Según la investigación difundida hoy, 2 de diciembre, el adenovirus, que actúa como mensajero en la vacuna de Oxford-AstraZeneca, podría estar vinculado al desarrollo de los trombos, pues todo apunta a que su superficie externa atrae la citada proteína.
En algunos casos, el sistema inmune confunde el factor 4 plaquetario con el virus y genera anticuerpos para atacarlo. Al juntarse los anticuerpos con la proteína, se desarrollarían los trombos, indica la investigación.
Aunque las vacunas se inyectan en el músculo, a veces pueden filtrarse al flujo sanguíneo, donde podría iniciarse el proceso, se señala.
«La TPI solo ocurre en casos extremadamente raros porque debe producirse una cadena de complejos eventos para detonar este efecto secundario súper raro», afirma uno de los autores, Alan Parker, de la Universidad de Cardiff.
«Nuestros datos confirman que el factor 4 plaquetario puede unirse a los adenovirus, un paso importante para desencadenar el mecanismo subyacente en la TPI. Establecer todo el mecanismo podría ayudar a prevenir y tratar esta condición», añadió.
La formación de trombos en una minoría de pacientes ha llevado a muchos Gobiernos a limitar la administración de la vacuna de AstraZeneca, que sin embargo es la más económica y de más fácil transporte.
Un portavoz de la farmacéutica, cuyos expertos participaron en el estudio, ha señalado que, «aunque la investigación no es definitiva, ofrece datos interesantes» y la empresa los tendrá en cuenta en sus esfuerzos «para eliminar este raro efecto secundario«.