La Academia Nacional de Medicina, ante el anuncio oficial de vacunación de niños, niñas y adolescentes con el candidato a vacuna Abdalá, una vez más hace un exhorto al Ministerio Para la Salud (MPPS) a reconsiderar uso de esta medida, ya que este biológico no ha sido aprobado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) o por ningún ente regulatorio Internacional con competencia en esta materia.
En su boletín número 36 emitido este 5 de julio, reiteran que la administración del producto Abdalá debe ser considerado como un estudio experimental. “Como tal, debe estar basado en un protocolo que cumpla con todos los requisitos éticos, científicos y legales nacionales e internacionales necesarios.
Los participantes deben estar conscientes de que participan de una manera voluntaria en un experimento y debe haber constancia de su consentimiento informado”.
E insisten en señalar que es mucho más grave si se administra a niños, niñas y adolescentes. “La vulnerabilidad de los menores, los aspectos concernientes a su participación en la toma de decisiones y la asimetría en su relación con los adultos generan cuestiones éticas particulares y subrayan la necesidad de que esta población reciba atención especial.
El desarrollo de investigaciones con menores implica la adopción de altos estándares científicos y éticos, además de que es prioritario tomar en cuenta sus necesidades y características individuales, así como sus patrones de pensamiento, sentimiento y actuación en diferentes etapas del desarrollo”.
Adicionalmente, aclaran, algunos aspectos de los niños, como la falta de capacidad para dar su consentimiento y su vulnerabilidad, generan cuestiones éticas particulares que hacen que los cuerpos regulatorios insistan en que los niños deben recibir atención especial.
Por tanto, sostiene la Academia Nacional de Medicina que la investigación biomédica en seres humanos debe concordar con las normas éticas y científica internacionalmente aceptadas, así como también con las leyes y reglamentos vigentes en el país”.
“Las decisiones deben ser basadas en una evaluación de los posibles riesgos y en un conocimiento razonable de los posibles beneficios. El análisis científico debe considerar los resultados obtenidos en experimentos previos, tanto en animales de experimentación como pruebas clínicas en voluntarios humanos.
Los especialistas -doctor Enrique López-Loyo, presidente y Huníades Urbina-Medina, secretario académico- al final del documento dicen que ofrecen su asesoría científica para la selección de vacunas que ya hayan demostrado seguridad y eficacia y -de nuevo- expresan su preocupación ante la introducción en la población venezolana de productos de dudosa credibilidad científica.