Politización y mitos: desórdenes informativos alrededor del COVID-19 identificados por el Ininco

La construcción de una “narrativa” épica alrededor de la respuesta oficial al COVID-19 en Venezuela, estigmatización de la oposición y los migrantes retornados y la difusión de tratamientos no probados.

Estos son algunos de los desórdenes informativos identificados durante la pandemia por el Instituto de Investigaciones de la Comunicación de la Universidad Central de Venezuela (Ininco – UCV), en alianza con la organización Venezuela Inteligente.

El pasado 14 de marzo, las instituciones dieron a conocer la investigación ideada en el contexto de la propagación del COVID-19 en el país, anunciada por las autoridades de la administración de Nicolás Maduro el 13 de marzo de 2020.

En el 2020, gracias a un proyecto de colaboración global entre chequeadores promovido por la Red Internacional de Fact-checking (IFCN, por sus siglas en inglés) se determinó que una gran cantidad de contenido falso circula por las redes sociales alrededor del mundo, desde la aparición de la enfermedad. En esta investigación, el Ininco – UCV y Venezuela Inteligente hacen una radiografía de cómo se presenta la desinformación en el país.

Metodología

La recolección de datos se hizo en tres rondas del abril de 2020 a enero de 2021. El análisis se hizo desde octubre hasta febrero. Se agrupó un total de 2.401 piezas (cadenas, tweets, notas de voz, imágenes, infografías, videos y publicaciones en Facebook). Su proyecto se planteó cuatro objetivos:

1️⃣Detectar cómo los desórdenes informativos se propagaron en el entorno digital venezolano

2️⃣Comprender sus dinámicas de circulación entre los diferentes canales de difusión

3️⃣Examinar cómo los desórdenes informativos relacionados con el COVID-19 se entrelazan con la política nacional

4️⃣Identificar las tendencias

Según detalló el Ininco, la propagación de desórdenes informativos es multiplataforma: suelen iniciar en la red social Facebook y la plataforma Youtube, pero también hay casos en los que empezó en WhatsApp y Twitter. En cada red social se identificaron determinados patrones, sin embargo, destacan los siguientes:

▶️Los desórdenes vinculados a la política suele iniciar en la televisión abierta o Twitter

▶️En WhatsApp nacen las piezas en formato nota de voz. Los contenidos relacionados con el COVID-19 se propagan de forma orgánica

▶️En el caso de Twitter y Youtube, existen indicios que apuntan a que a propagación puede obedecer a operaciones coordinadas con intereses políticos o mercantiles

Desórdenes informativos y la política

La organización encontró un entorno general de politización que afecta la toma de decisiones sobre la atención a la emergencia sanitaria. El aparato comunicaciones del chavismo se articuló en función de reforzar su “narrativa épica” en torno a sus actuaciones durante la pandemia y estigmatizar a sus contrarios, como los opositores contagiados, y otros grupos, como los migrantes retornados.

Se observó opacidad en el manejo de las cifras de la enfermedad respiratoria en el país e instrumentalización del miedo a la vigilancia oficial para disminuir la circulación de mensajes en contra de la administración chavista.

Buenas palabras para los aliados

En el trascurso de la cuarentena y las medidas posteriores, los medios de corte chavista difundieron contenidos que expresaban “sentimientos de animadversión” contra Colombia y Brasil, países a los que responsabiliza de llegada del virus al país, y piezas que alimentan la xenofobia contra los migrantes venezolanos.

También se reprodujeron contenidos de sinofobia, denuncias sobre el control económico de China sobre los países africanos que se enlaza a una teoría conspirativa y ataques a la institucionalidad internacional para la atención de la crisis de salud.

A las vacunas también les tocó su porción de comentarios: se valoraron en función de su lugar de origen y no según criterios científicos.

Quienes sí recibieron valoraciones positivas fueron los países aliados de Venezuela: China, Rusia e Irán. Estados Unidos, uno de los principales donantes de la ayuda humanitaria a Venezuela, quedó de lado.

Espacio para la pseudociencia

En el ecosistema digital venezolano también hubo espacio para la pseudociencia. Circularon mensajes que vinculan creencias religiosas con el combate del nuevo coronavirus y recomiendan tratamientos y preparados caseros para prevenir o curar el COVID-19 sin sustento científico.

En el aparato comunicacional del chavismo se promovió el uso de un brebaje casero, una “molécula milagrosa” para curar el COVID-19, y unas gotas calificadas también como “milagrosas”.

De igual forma, el Ininco señaló que la mayor parte de las teorías conspirativas que se encontraron no son exclusivas del discurso público ni surgieron de allí. Cuatro teorías de la conspiración ya existían (como la relacionada con los supuestos peligros de la tecnología 5G), otras surgieron durante la coyuntura (por ejemplo, las replicadas por los grupos antivacunas).  

Puede leer el trabajo completo aquí.