Estados Unidos es el mayor exportador de armas de fuego a América Latina y El Caribe, asegura el Center for American Progress en su informe titulado “Más allá de nuestras fronteras: cómo las débiles leyes de armas de Estados Unidos contribuyen a la delincuencia violenta en el exterior”.

En los últimos dos años, fueron recuperadas en 15 países de la región 50 mil 133 armas de fuego que se originaron en los EEUU. Según el informe, cada 31 minutos fue utilizada un arma estadounidense para perpetuar crímenes violentos en Latinoamérica y El Caribe.

El Center for American Progress, es una organización estadounidense que promueve, defiende e investiga las políticas públicas. En su reporte citan a la Agencia Federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) que revelan que, un plazo de 5 años, entre 2011 y 2016, al menos 106 mil armas fabricadas en Estados Unidos estuvieron vinculadas con actividades delictivas en México.

De esa cifra, 74 mil 200 fueron compradas legalmente en territorio estadounidense (70%), pero también señala que cada año cerca de 213.000 armas de fuego son transportadas ilegalmente hacia territorio mexicano.

Estados Unidos es un fabricante importante de armas de fuego y un exportador líder, cada año exporta legalmente casi 300 mil armas en promedio. Sin embargo, la organización señala que por las debilidades en las leyes y los vacíos en las mismas, contribuyen al tráfico ilegal de armas a naciones cercanas.

Muchas de estas armas de origen estadounidense son exportadas de forma legal, pero una vez cruzan la frontera, son desviadas para uso criminal. Para controlar esta situación, la organización  Center for American Progress creó una serie de recomendaciones para controlar el crimen en la región.

  • Establecer controles universales de antecedentes para la compra de armas;
  • Exigir el reporte de ventas múltiples de armas largas;
  • Aumento del acceso a los datos internacionales sobre el tráfico de armas;
  • Rechazar los esfuerzos que debilitan la supervisión de las exportaciones de armas de fuego.

Cada país tiene factores propios por los que se ven sacudidos por las tasas de delitos violentos. Sin embargo, Estados Unidos podría hacer más para reducir los riesgos que plantean las armas de fuego que cruzan sus fronteras y son utilizadas para delitos en países cercanos, critica el informe.

“Los legisladores en los Estados Unidos tienen la obligación moral de tomar medidas para fortalecer las leyes de armas en un esfuerzo por mejorar la seguridad pública dentro y fuera de las fronteras de los EEUU”.

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