Dayalit Sandoval y Manuel Navas nacieron con apenas una hora y cuatro minutos de diferencia. Son la primera bebé de 2019 y el último de 2018, respectivamente, en nacer en la Maternidad Concepción Palacios. Sin embargo, ambos vivieron el mismo drama para ser traídos al mundo: sus madres tuvieron que peregrinar por múltiples centros de salud antes de poder dar a luz.

Yudiley González, madre del último bebé de 2018, lloraba y rogaba a Dios todos los días por tener un cupo en un centro asistencial. “Yo estaba desesperada. Ya tenía 41 semanas y todavía no sabía dónde iba a dar a luz. Yo decía ¡Dios mío, ayúdame, se me va a pasar el parto!“, recuerda la madre. “Eso es un peligro, el bebé puede morir”.

Desde el 20 de diciembre, tres días antes de su fecha estimada de parto, González empezó a recorrer centros públicos de salud en el estado Vargas, cerca de su casa en Catia La Mar.

Visitó la Maternidad de Macuto y el hospital José María Vargas del Seguro Social de La Guaira. También preguntó en el Dr. Miguel Pérez Carreño, en Caracas. En todos le dijeron que no la podían ingresar.

“Me decían que no me podían atender o que faltaban insumos. Que no tenían anestesia o que debía comprar las compresas”, afirma la madre, de 20 años.

La primera caraqueña de 2019 también sufrió los estragos de la crisis hospitalaria incluso antes de nacer. A pocos días del parto, Keila Canelón, de 34 años, probó suerte primero en el Hospital Universitario de Caracas. Una vez allí, le dijeron que no podían atenderla por falta de anestesiólogos y la refirieron a la Maternidad Concepción Palacios.

Se preveía que la pequeña Dayalit Sandoval naciera el 27 de diciembre, pero su nacimiento coincidió con el toque de las 12 campanadas. Ella y Rafael recibieron los obsequios que otorga la maternidad todos los años al primer y último bebé. Ambos niños están saludables, nacieron a término y tienen un peso superior a los 2.5 kilogramos.

Este 2019, a los bebés más esperados de la maternidad les entregaron apenas unos conjuntos de ropa. En años anteriores, los padres llegaron a recibir dotación de fórmulas lácteas y pañales, canastillas, juguetes e, incluso, un apartamento.

Una maternidad en crisis

“Manuel fue atendido en la mejor maternidad del país”, dice el director del recinto, el doctor Alí Barrios, a Yudiley González mientras le hace entrega de un kit de ropa para el niño. Para 2018, indicó Barrios a los medios de comunicación, el principal centro de salud materno-infantil del país atendió un total de 9.530 partos.

Pese a la alegría por dar la bienvenida a la primera caraqueña de 2019, la crisis de salud se hace sentir entre los pasillos del hospital. “Yo solo tengo los zapatos que me regaló mi hijo, porque mi sueldo no me alcanza para comprarme unos nuevos”, dice una trabajadora a otra.

El déficit de personal se ha disparado en el último año. En los servicios de hospitalización, en los que debería haber 12 enfermeras, apenas hay una o dos, dependiendo de la especialidad.

Aunque recibe a las futuras madres que peregrinan de centro en centro, la Maternidad Concepción Palacios también ha tenido que referir a las parturientas a otros hospitales por la misma razón por las que rechazaron los ingresos de Yudiley González y Keila Canelón: falta de anestesiólogos.

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