“Todos los años compraba una botella de 12 años para Navidad. Este año es imposible que pueda comprarla y me conformo con cervezas”, contó César Monceratt, mientras hacía la cola de 10 personas en la tienda Prolicor de Altamira. En sus manos llevaba 12 latas de Solera Negra que le costarían 1.500 bolívares, 83% menos que si le hubiese dado un gusto a su paladar.

Esta situación se repite en los testimonios de 15 compradores que Efecto Cocuyo entrevistó este jueves 24 de diciembre en cuatro licorerías. Todos se mostraron sorprendidos por el precio que marcaban las etiquetas de los estantes, pero cada uno de ellos se llevó al menos una botella de ron, Ponche de Crema o vino espumante, por decir alguno.

Las licorerías, al igual que un supermercado cualquier día del año o como una juguetería el 23 de diciembre, recibían clientes a cada minuto durante el transcurso de la mañana. En los cinco comercios, los encargados o dueños del negocio argumentaron estar “bastantes ocupados” para evadir una entrevista.

Dentro de sus negocios se podía ver a clientes, en su mayoría hombres, tomar una botella, mirarla y soltarla con un gesto de desaprobación. “Es una fecha especial, por eso se hace el esfuerzo. Pero tampoco voy a dejar de comprarle comida a los chamos para comprar licor. En estos casos uso la tarjeta de crédito”, manifestó Manuel González, abogado de un ministerio cuya selección fueron tres botellas de Vodka Glacial a 878 bolívares cada una en el supermercado Luz de La Urbina.

De igual forma pensaba pagar Angélica Vallés los 13.000 bolívares que le costarían dos botellas de whisky William Lawsons y un paquete de 12 unidades de Solera Negra. “Todo está muy caro, pero no hay variación de una tienda a otra. En ese aspecto no hay competencia”, agregó la mujer.

A su lado se encontraba Alexis Quiñones, quien fue precavido y abasteció su bar hogareño en junio. Aseguró que con esta estrategia ahorró “bastante”,  pues los precios aumentaron hasta tres veces en el último semestre.

Dice que una botella de Cacique Leyenda le costó hace seis meses 3.000 bolívares y ahora está en 11.000; la botella de Cacique Linaje la consiguió en el Celicor de La Urbina en 2.800, 108% más cara que como la compró en junio.

La apreciación de Angélica no está lejos de la realidad, según como se mire. De una licorería a otra los precios no variaban más de 1.500 bolívares. Por ejemplo, la botella que ella llevó a su casa esta Navidad costaba en el Celicor de La Urbina 4.995 bolívares; en Prolicor de Altamira, 3.400 y en Licoteca de La Castellana 3.775.

Sin cervezas nacionales

Carlos Salazar, primer vicepresidente de la Federación Venezolana de Licores (Fevelicor), pronosticó en noviembre que la variedad de licores para Navidad no sería igual a los años anteriores y que las cervezas mantendrían su dominio del mercado. Las declaraciones las recogió el diario El Impulso en su versión web.

El gremialista explicó a principios de diciembre en El Mundo Economía y Negocios que 80% del consumo lo representa el sector cervecero, aunque “presenta dificultad en cuanto al suministro de materia prima”. El otro 20% lo conforman los licores nacionales e internacionales.

Las licorerías visitadas se quedaron sin cervezas este 24 de diciembre, al menos sin cervezas nacionales. En cada una de ellas solo quedaban una o dos marcas de este licor tradicional.

En Celicor de La Urbina un empleado le comentó a un cliente que solo tenían cervezas Polar de tercio y Solera Negra. En Prolicor de Altamira, Heineken y Destilo eran las que quedaban; en el supermercado Luz de La Urbina había únicamente Tovar; y en Licoteca se encontraban las mismas opciones que en Prolicor.

“Aquí se acabaron las cervezas hace tres días”, dijo un empleado de Licoteca, quien adjudicó la escasez del producto al gusto de los consumidores. Lo mismo aseguraron los vendedores de Prolicor, pero ellos agregaron una razón más: “La situación del país”. “Si escasea el agua, ¿no va a faltar la cerveza?”, dijo entre risas uno de los jóvenes que atendían en la licorería de Altamira.

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