Sin rastros de violencia. Menos de sangre. La soleada mañana de este lunes el bulevar de Sabana Grande lucía tranquilo, los locales comerciales estaban abiertos y la gente caminaba a su aire. Cualquier transeúnte desprevenido no podría imaginarse lo ocurrido la madrugada del día anterior, cuando dos militares fueron asesinados presuntamente por un niño de 10 años y una adolescente de 15.

“Yo no pensé que esos chamitos pudieran cometer un asesinato. Ese grupo siempre pasaba por aquí y me pedía café. Para lidiar con ellos, y quitármelos de encima, les daba un poquito”, contó un vendedor informal.

Con “ese grupo”, el vendedor se refiere a una supuesta banda identificada en los partes policiales como “Los Cachorros“, que opera en el bulevar. Dos de sus integrantes están detenidos por este doble homicidio. Los comerciantes y transeúntes consultados por Efecto Cocuyo dijeron que estos niños en situación de calle se desplazan por todo el bulevar pidiendo comida y también cometen atracos y protagonizan peleas callejeras.

A las 4 de la madrugada del domingo, un vendedor que no quiso ser identificado, vio el cuerpo del militar asesinado en el pavimento del bulevar. “Yo vi que había varios guardias alrededor del cadáver, pero me devolví porque pensé que eso me podía traer problemas. “Esos chamos guardan las armas (cuchillos, punzones u objetos de metal) en las alcantarillas del bulevar. Los he visto”. Eduin Forero, empleado de una tienda de ropa íntima, afirmó que también ha visto cómo la pandilla guarda las armas blancas en los drenajes.

Roully González, propietario de un establecimiento desde hace cuatro años en la zona, sostiene que son entre 10 y 15 chamos, en edades comprendidas entre los 8 y los 15 años. “Están en el bulevar desde hace dos años”, afirma y advierte el riesgo que corre cualquier pequeño que camine solo o desprevenido por el bulevar, porque se convierte en víctima fácil de este grupo de muchachos en situación de calle. “Si dejas a tu hijo caminar solo por Sabana Grande, los niñitos de la banda lo roban y le pegan”.

Elaine Rincón trabaja desde hace cinco años en el emblemático Gran Café de Sabana Grande, una tarea nada fácil. Confiesa que no pueden evitar que estos chicos entren al local. “A mí me da miedo. Tenemos que dejar que entren y pidan, porque nos amenazan, son unos azotes” y recordó que en diciembre le robaron el celular a un empleado y “se fueron corriendo”.

“Si el cliente deja la cartera encima de la mesa, ellos se las arrebatan; si el cliente viene a comer, a veces le roban la comida y corren”, agregó.

En la mayoría de los locales comerciales redujeron la jornada laboral por la inseguridad en el bulevar. El Gran Café trabajaba hasta la  medianoche y ahora baja su santamaría a las 10 pm, detalló Rincón.

Las ventas de comida son las más impactadas negativamente. Héctor Ramírez, gerente de un restaurante, contó que todos los días los niños en situación de calle van al establecimiento y le piden dinero o comida a los clientes. “Se nos escapa de las manos. Si la gente no les da comida, ellos le arrebatan las bolsas; la policía sabe lo que está pasando pero ellos dicen que no pueden hacer mucho por tratarse de menores de edad“, expresó.

Denuncias ignoradas

Victoria Fuentes, de 68 años de edad y residente de Sabana Grande, contó a Efecto Cocuyo que en más de una ocasión se le ha dicho a los funcionarios de seguridad que patrullan el bulevar sobre el incremento de los robos. “A mí me han robado esos niños de la calle, no hay hora ni fecha para atracar”, dijo.

Ha dejado de ir al bulevar en horas de la noche para evitar ser víctima del hampa y las veces que ha tenido que estar en Sabana Grande de noche ha visto “niñas de 10 a 12 años que salen con la boca pintada a prostituirse; los varoncitos pequeños venden cigarros y hasta se los fuman”, relató.

Adelantan investigaciones

Se pudo conocer que el niño de 10 años, presuntamente involucrado en el asesinato de los militares, vive en Petare. Una fuente del Consejo Protección de Niños, Niñas y Adolescentes del municipio Sucre (C.P.N.N.A) adelantó extraoficialmente que ya habían sido contactados por el fiscal del caso para atender esta situación.

Otra fuente legal consultada explicó que, según lo previsto en la Ley Orgánica de Protección de los Niños, Niñas y Adolescentes (Lopnna), el niño es inimputable de cargos de homicidio y no tendrá responsabilidad penal.

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