La infraestructura existe. Lo que faltan son los insumos para tratar a los pacientes oncológicos, cada vez más deteriorados por el cáncer y la escasez de antineoplásicos. Someterse a una cirugía, a una quimioterapia o a una radioterapia parece una posibilidad cada vez más lejana dentro de las serias limitaciones del sistema de salud pública. El desabastecimiento ha paralizado los servicios mientras la enfermedad avanza y, sin el tratamiento adecuado, solo dos de cada cinco pacientes logra sobrevivir.

Según el último reporte de la Sociedad Venezolana de Oncología (SVO), para el mes de noviembre las fallas de drogas antineoplásicas —medicamentos capaces de matar y detener el crecimiento de células malignas— fue de 90%.

“Los centros de salud que aplican quimioterapias están activos, el problema son los fármacos. Los que escasean con más frecuencia son, en el caso de las mujeres, los que son para tratar el cáncer de mama y el de cuello uterino. En el caso de los hombres, los de cáncer de próstata y de pulmón. Los pacientes no tienen forma de soportar el tratamiento solo con quimioterapias“, indicó a Efecto Cocuyo el oncológo y presidente de la SVO, Gustavo Gotera.

Las drogas modernas quedaron en el pasado. Desde hace dos años el suministro de anticancerosos de última generación pasó a ser descontinuado y, actualmente, inexistente. Los fármacos, que antes se conseguían en el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss) y la Fundación Badán, desaparecieron por completo de los esquemas de tratamiento de los pacientes.

“Por ejemplo, a los pacientes con cáncer de mama o a los que tienen un linfoma solo se les puede suministrar tratamiento de los que se usaban hace 30 años porque es el que hay”, explicó el presidente de la Sociedad Venezolana de Oncología. “Estamos usando que esquemas que se utilizaban en los años 80”, insistió.

De manos atadas, los médicos se han visto obligados a aplicar medicinas de segunda o tercera línea para poder ofrecerles algún tipo de tratamiento a los pacientes. Sin embargo, las probabilidades de mejora caen de forma considerable cuando no se tiene a la mano el fármaco más eficiente.

“Sin el protocolo adecuado, la probabilidad de que el tratamiento fracase es altísima. Con los medicamentos necesarios, los pacientes tienen 80% de probabilidades de curarse por completo. Sin las drogas, estas caen a menos de la mitad”, apuntó el oncólogo. “Ahora en vez de curar a ocho de cada 10 pacientes curamos solo a cuatro de cada 10”.

Incluso los anticuerpos monoclonales, utilizados para alargar la vida de los pacientes con esta enfermedad, entraron en “escasez total”. “Estos anticuerpos pueden llevar al paciente a vivir cuatro anos de vida en vez de cuatro meses más; pero eso solo se logra con medicamentos de última generación”, señaló Gotera.

Las alternativas en el sistema de salud pública son escasas y están desgastadas por la falta de mantenimiento y por la incesante escasez. Prueba de ello son dos hospitales oncológicos de referencia en el país: el Padre Machado y el Luis Razetti. El primero lleva tres semanas sin operar y el segundo estuvo un mes en cierre técnico por no tener cómo tratar a los pacientes.

La Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV) y el Centro de Estadística y Matemática Aplicada de la Universidad Simón Bolívar publicaron un estudio que proyecta las muertes causadas por el cáncer en el país hasta el año 2016. El trabajo arrojó que durante el último año del estudio se registró un aumento de 11% en comparación con 2015.

Los pronósticos realizados por la SAV y la USB arrojaron que cada hora mueren tres pacientes oncológicos y que la tasa de mortalidad es de 82,74 pacientes por cada 100 mil habitantes, lo que ubica a Venezuela en el promedio de la región según la SAV.

Juan Saavedra, gerente general de la SAV y director de la Clínica de Prevención del Cáncer, explicó a Efecto Cocuyo que hay dos causas que inciden en la muerte de los pacientes. La primera es inherente a la persona, por ejemplo, qué tan avanzada está la enfermedad o cómo responde su organismo al tratamiento. La segunda, la estructura del sistema de salud pública de Venezuela. 

“Un aproximado de 65% de los pacientes requieren algún tipo de cirugía”, indicó Saavedra. Sin embargo, hay hospitales en cierre técnico por no tener ni siquiera relajantes musculares. “Hay pacientes que reciben tratamiento parcial o irregular y eso influye en que la persona no sea curada”, indicó el también oncólogo.

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