Un nuevo blanco de los delincuentes son las comisarías, las comandancias y puntos policiales. A lo largo de 2015, al menos 16 ataques han sido registrados, según publicaciones de la prensa nacional. Ya sea por venganza o para liberar reos de los calabozos, infraestructuras de los cuerpos de seguridad nacionales, estadales y municipales han sido tiroteadas o atacadas con granadas.
Ni en la víspera de la Nochebuena las delegaciones se salvan del hampa. El caso más reciente corresponde a la sede de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en San Agustín, cuando la madrugada del pasado 24 de diciembre un grupo de delincuentes descargó cerca de 50 casquillos de balas de fusil en la comandancia. Dos policías resultaron muertos y otros tres fueron heridos.
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