Un filme sobre un chico homosexual, que crece rodeado por el negocio de la droga en el bajo Miami, se llevó el galardón a Mejor película en la 89° ceremonia de entrega de los Premios Óscar que otorga la Artes y Ciencias Cinematográficas. Dirigida por Barry Jenkins, Moonlight se alzó sobre la favorita de la noche La La Land, que contaba con un récord de 14 nominaciones solo equiparado por Titanic (1997), Ben-Hur (1959) y All about Eve (1950).
En tres tiempos es contada la historia de Chairon, un afroamericano homosexual que debe lidiar con las pericias de tener una madre drogadicta, de no contar con una figura paterna y de ser acosado constanemente. De niño, el protagonista de la historia conoce a Juan, un vendedor de drogas de origen cubano quien se presentará como un guía en la agitada vida del pequeño.
Moonlight presenta un fuerte argumento que versa sobre la supervivencia de las minorías en las zonas pobres de Miami. El director del filme, Barry Jenkins, es oriundo de Liberty City, donde se desarrolla la trama y desde que comenzó el rodaje en octubre de 2015 hizo un esfuerzo para filmar en lugares en los que vivió a pesar de que el crew del filme tuvo que contar con escolta policial.
El filme también ganó una estatuilla como mejor guion adaptado, sin embargo, está basado en una historia original: In Moonlight Black Boys Look Blue (Bajo la luz de luna los chicos negros se ven azules), una pieza de teatro autobiográfica y jamás estrenada escrita por Tarell Alvin McCraney en 2015, la cual Jenkins transformó en un guión cinematográfico.
Con cinematografía de James Laxton y dirección de arte de Hannah Beachler, quien ha ganado el reconocimiento de la industria por trabajos junto a artistas como Beyoncé, el filme logra evocar la emocionalidad del protagonista a través de coloridos visuales. La sutileza con la que son tratados los temas del filme ha sido reconocida por la industria cinematográfica quien también otorgó a Moonlight el Globo de Oro a Mejor película dramática.
Alex Hibbert, Ashton Sanders y Trevante Rhodes fueron los actores seleccionados para interpretar respectivamente la niñez, adolescencia y adultez de un personaje en el que convergen problemas sociales como la homofobia, el racismo, la drogadicción, la pobreza y la falta de oportunidades, que aún constituyen puntos en la agenda para la sociedad y el Gobierno norteamericano.
Cuando comenzaron a rodar los productores del filme solo contaban con un cuarto del presupuesto necesario, hasta que fueron acogidos por la Plan B Entertainment, una compañía estadounidense de producción cinematográfica fundada por Brad Pitt, Brad Grey, y Jennifer Aniston. Hasta la noche de la ceremonia de entre de los Premios Óscars el filme había logrado recaudar más de 20 millones de dólares.