“Muy probablemente lo que falta es la gama de nombres comerciales para los medicamentos”, dijo Luisana Melo, ministra de Salud, durante una reunión con el sector farmacéutico que se realizó en el Consejo de Economía Productiva.

Según Melo, “no hay Atamel, Tempra, Tachipirín (analgésicos), pero tenemos el principio activo, que es el paracetamol. (…) La realidad es que nosotros tenemos una cantidad de medicamentos que hemos ido distribuyendo, que tiene que ver con el principio activo (para atender) las enfermedades principales que sufre la población venezolana”.

La funcionaria aseguró que en el país se están produciendo medicamentos: según su presentación, el Servicio Autónomo de Elaboraciones Farmacéuticas (Sefar) produjo 489.000 unidades de acetaminofen, Profármacos 818.000 unidades de ácido fólico y Espromed Bio producirá rituximab (inmunoglobulina). “Y Laboratorios Miranda está en el proceso de pruebas de estabilidad para poder introducir en el mercado la producción de solución fisiológica“.

Una búsqueda en Twitter indica que la producción nacional es insuficiente. El ácido fólico (un tipo de vitamina B) es buscado con intensidad en la red social. Incluso fue uno de los medicamentos que Pedro Ortega, el niño de cinco años que falleció el sábado en el J.M. de los Ríos, buscaba para su tratamiento.

Lo mismo sucede con el rituximab, usado para tratar el cáncer. Varias personas acuden a las redes esperando conseguirlo.

Soy #SACERDOTE Venezolano y para continuar mi tratamiento oncológico, necesito MABTHERA (RITUXIMAB) @juanjosemolina pic.twitter.com/NHHrc7BX36

— PadreArgenisDelgado (@padreargenisd) June 25, 2016

La doctora Maritza Durán, presidenta de la Sociedad Venezolana de Medicina Interna, dice que lo producido por la industria nacional no está ni cerca de satisfacer la demanda del país. “Es verdad, no hay marcas comerciales, pero también es cierto que no se está cubriendo. Ya uno viene prescribiendo por principio activo; en el récipe, se escriben cuatro o cinco medicamentos, pero ninguno se consigue“.

Durán también puntualizó que “no son enfermedades, son pacientes“, que deben ser tratados de acuerdo a su padecimiento. “Pueden tener requerimientos particulares. Requieren un medicamento y no lo hay, ni de marca ni sin marca“.

Alejandro Aponte es farmaceuta y dice que las fallas en la distribución de medicinas son muy acentuadas. “Por lo menos, antihipertensivos no hay. La producción es muy baja y el producto se desaparece. No alcanza para toda la población“.

Puntualizó que hay rubros donde escasean genéricos y de marca. “El Altace (usado para el tratamiento de la presión arterial) está agotado. El Ramitril, que es su principio activo, también. Si un paciente tiene que consumir eso obligatoriamente, está difícil”.

Distribución de lo que hay

La ministra Melo también explicó que este año 230 millones de unidades de medicamentos se han distribuido en el sector público. Sin embargo, Durán señaló que sus pacientes no consiguen sus tratamientos ni en redes privadas ni en farmacias públicas.

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“Los pacientes te llaman, te escriben para decirte que no consiguen su medicamento. Y lo buscan en todos lados. No es nada más que se fueron los comerciales”, señaló.

El equipo de Efecto Cocuyo realizó un recorrido por la red de farmacias del Estado hace menos de quince días con una lista de 17 medicamentos de los considerados esenciales por el Gobierno, y solo consiguió uno.

Foto: elvenezolanonews.com

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