Los doctores del Hospital José María Vargas están acostumbrados a resolver con lo que se pueda. La escasez del nosocomio cada día es más crítica, y recientemente se sumó otra carencia: no hay bombas de oxígeno.

En la noche de este martes a una paciente que fue intervenida recientemente de un tumor intercraneal requirió una tomografía, pero las circunstancias conspiraron en su contra: aunque el tomógrafo funciona, no hay operador. Los malos sueldos y las condiciones de trabajo han hecho que no haya quien atienda en las guardias nocturnas, y su condición neurológica empezó a deteriorarse cerca de las 8:00 pm.

Una fuente del hospital, que prefirió resguardar su identidad por temor a represalias, contó que la doctora intentó trasladarla a otro centro clínico pero sin poder garantizarle el oxígeno no podía moverla de su cama en el área de emergencias. “Según tengo entendido, se comunicaron con el doctor Tirso Silva (director del hospital) quien dijo que iba a resolver, pero luego no contestó más”.

Tuvieron que intervenirla de emergencia, porque no hubo forma de realizarle el examen. “Tuvieron que abrirle la cabeza para ver si tenía un hematoma, y eso fue algo que se pudo haber evitado con una imagen de tomografía”.  

La misma fuente explicó que las bombonas están vencidas y no se les hacen las pruebas hidráulicas porque no han pagado a la empresa correspondientes, y así no se pueden recargar porque pueden explotar. Tampoco hay manómetros para regularles la presión. “Tú puedes tener diez bombas llenas pero si no le puedes regular la presión, no sirve de nada”.

Aunque la situación de las bombonas es crítica, no es el único equipo deficiente en el hospital. La máquina de rayos X de emergencia se dañó en marzo del año pasado y no la han reparado, y la del servicio de radiología funciona intermitentemente por la escasez de reactivos. Tampoco pueden hacer mamografías ni resonancias, porque nunca han entregado los equipos, a pesar de que ya están instalados y se ha invertido una gran cantidad de dinero en ellos, denuncian los galenos del hospital.

La grave situación con los equipos se extiende a varios hospitales caraqueños. En la Maternidad Concepción Palacios, que un día fue la maternidad modelo a nivel latinoamericano, todo el edificio de consultas de ginecología trabajó a media máquina durante dos meses por no tener aire acondicionado.

“La mayoría de los equipos deben trabajar en temperaturas frías, porque si es muy caliente, se funden. Para trabajar, prenatal habilitó ventiladores o los colocó al lado de las ventanas para intentar solucionar“, denunció Ramón Sardi, ginecólogo.

El problema del aire acondicionado lo solucionaron hace dos semanas, pero en el tiempo en el que estuvieron así, se dañó un equipo de ecosonografía. No hay colposcopio, una especie de telescopio binocular de enfoque próximo que permite al médico ver con detalle regiones anormales del cuello uterino. Tampoco disponen de electrocauterizadores (o electrocauterio), que se utilizan en intervenciones quirúrgicas para extirpar tejidos dañinos.

En el servicio de medicina materno fetal cuentan con solo dos equipos de ultrasonido activos. A uno de ellos le robaron el printer, donde se imprimen los exámenes, pero “no importa, porque igual no nos dan papel y no podemos imprimir nada”, señaló Carlos Lugo, que labora allí.

Hace seis meses se paralizó uno porque se le dañó la fuente de poder y allí sigue. El año pasado estaban trabajando con uno prestado del Hospital Comandante Supremo Hugo Chávez, ubicado en El Valle, pero cuando este cambió de directiva, tuvieron que regresarlo.

A las bombas de infusión se les hace poco mantenimiento, lo que trae consigo varios problemas: ellas son las que marcan a qué velocidad se va a administrar un medicamento, y si no funcionan correctamente “es una lucha constante” para el equipo médico, señaló Lugo.

En el Hospital de Niños J.M. de los Ríos el panorama no mejora. El doctor Alejandro Ferrer, presidente de la Sociedad de Médicos, dijo “todo está dañado”. En el nosocomio los aires acondicionados del quirófano se dañaron el pasado miércoles y no los han arreglado, por lo que las intervenciones están paralizadas.

El equipo de rayos X que quedaba funcional se dañó hace cerca de dos semanas y era el único que quedaba funcional. “Era un equipo de mala calidad, y por tanto trabajo, se dañó”.

“No tenemos rayos X normales, ni fluoroscopio (que permite obtener imágenes en tiempo real de las estructuras internas), ni tomografía, resonador, nunca hemos tenido”, denunció Ferrer.

El presidente de la  Federación Farmacéutica Venezolana, Freddy Ceballos, indicó que 23 empresas farmacéuticas han cerrado por la crisis del sistema de salud. “El Estado no puede asumir esas responsabilidades, pero no le otorgan divisas a las empresas y evidentemente no vas a tener los insumos que necesitas”.

“Esto es una sumatoria de todos los problemas. ¿Si tú no puedes hacer los análisis cómo determinas tú qué tratamiento tienes que darle a un paciente?”, señaló.

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