Era viernes en la primera semana de enero, tenía hambre y quería compartir con su familia. Pocas opciones había, porque aún algunos caraqueños están de vacaciones y por lo tanto los negocios estaban cerrados. Carlos, su esposa Teresa (ambos veinteañeros) y su bebé de un año de nacida comían en la cafetería del Excelsior Gama Plus, ubicada en la urbanización Santa Euduvigis, del municipio Sucre en Miranda, cuando las consecuencias de la fiscalización de la Superintendencia para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde) comenzaron.

Aproximadamente a las 7:00 pm del viernes 5 de enero, Carlos escuchó que un hombre gritó que la galleta María la estaban vendiendo en 10.000 bolívares, pero él recordaba que su precio original rondaba los 60.000 bolívares.

“Allí comenzó la locura. Comenzaron a rebajar un montón de cosas, las galletas de soda y otras dulces, salsa de tomate, jabón, queso, azúcar, las bebidas achocolatadas, embutidos, el queso, lentejas y hasta las latas de atún. Una que estaba en 50.000 bolívares, quedó en 11.000 bolívares; por ejemplo”, contó Carlos a Efecto Cocuyo.

Según el joven, que labora como entrenador físico en un gimnasio y de forma privada, desde las 7:00 pm que empezó el “despelote” hasta las 10:00 pm, la cantidad de personas que ingresaron al comercio era “abrumadora”. Los que como él y su esposa estuvieron cuando empezaron las rebajas llamaban a sus familiares y conocidos para que se acercaran al comercio. A las 8:00 pm, no dejaron pasar a más nadie.

“Llegó un momento en el que mi esposa fue a buscar una azúcar y estaba totalmente rodeada de personas. Pensé que me la iban a matar. Tuve que ir yo a sacarla de allí, pero de repente me vi atrapado también. Empujé a la gente, les gritaba que dejaran salir para que ellos pudiesen agarrar el producto. Pero nada. Era como si estuvieran regalando dólares o como si les hubiesen dicho que todo era gratis”, manifestó.

Carlos agregó que los clientes se enteraban de las rebajas de boca en boca y que una vez que tomaban un producto y lo pasaban por el lector (aparato que permite saber cuánto cuesta un artículo) ya el nuevo precio aparecía en pantalla.

Por los parlantes solo se escuchaba una voz femenina que indicaba que solo podían llevar por persona dos productos del mismo artículo. “Muchas cosas se quedaban en la caja, porque la gente agarraba de a 10 paquetes de galletas o latas de atún. Yo mismo, si hubiese podido me llevaba 30”, confesó.

Ni Carlos ni Teresa, ni los suegros del joven -que también aprovecharon la ola de rebajas- sabían por qué el supermercado hacía esos cambios de precio. Ellos ni nadie, a decir verdad, porque el superintendente William Contreras informó pasadas las 10:00 pm que el ente que dirige ordenó bajar drásticamente los precios de la mercancía. La razón: supuesto remarcaje injustificado de precios. La medida se extendió a 214 expendios de alimentos que pertenecen a 26 cadenas de supermercados y prometió que en los próximos días llegarán a 352 comercios independientes en todo el país.

Más temprano, en Caracas, se registraron tres intentos de saqueos tanto en el este como en el oeste de la ciudad, los cuales fueron controlados por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). Uno de ellos fue en el automercado Central Madeirense ubicado dentro de las instalaciones del Instituto de Previsión Social de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (IPSFA).

“En el Gamma solo vi a tres guardias. Pero tampoco vi que hubiese riñas o intentos de robarse algo. Todo era empujones, correderas y gritos”, recordó Carlos sobre su experiencia de cuatro horas para comprar a precios nuevos.

En total gastó 1.750.000 bolívares: galletas, azúcar, atún, queso, entre otros productos. “Una persona que gane sueldo mínimo tampoco iba a poder comprar mucho. Esta situación me preocupa, porque para la semana que viene quizás ya no haya nada que comprar. Lo que vi que quedaba en los anaqueles eran los productos que no habían rebajado, pero lo que fue el atún, la perrarina (pasó de 1.500.000 a 400.000 bolívares, según su cálculo) y la salsa de tomate desaparecieron”, aseguró.

Parte de las compras de Carlos y Teresa

Foto portada: Excelsior Gama de Santa Mónica / TW: @Kelvin__Bolivar

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