En la madrugada de este 8 de marzo un grupo de entre 50 y 80 encapuchados, con armas cortas y largas, tomaron por asalto la facultad de farmacia y el núcleo Pedro Rincón Gutiérrez de la Universidad de los Andes, en Mérida.

La primera en ser atacada fue farmacia, ubicada en el sur de la ciudad. Allí despojaron a los vigilantes de sus armas de reglamento e incluso de los candados que aseguraban al recinto.

En el núcleo Pedro Rincón Gutiérrez, ubicado en La Hechicera, hacen vida los estudiantes de arquitectura, ingeniería, diseño industrial y ciencias. Muchos de ellos ya estaban en sus actividades académicas cuando los encapuchados iniciaron el ataque. “Cerca de 2.000 estudiantes permanecen ahí”, denunció Yeison Lastre, representante estudiantil ante el Consejo Universitario.

Según Lastre, los vándalos argumentan que la causa del ataque es una presunta “privatización” de la universidad, por lo que exigen a Hugbel Roa, ministro de Educación Universitaria, que intervenga.

La realidad, según Lastre, es una simple licitación del servicio de comedor universitario del núcleo Pedro Rincón Gutiérrez. “Hay mafias en el comedor que en medio de la crisis se están robando la comida de los estudiantes. Los estudiantes tienen que calarse colas para medio comer, comida que no cumple con los requerimientos mínimos”, explicó Lastre sobre la razón de la licitación.

“Hay un mal servicio a los estudiantes, que son la razón de ser de la universidad. Hay una mafia que está perdiendo sus privilegios“, dijo Lastre.

Según Jorge Arellano, presidente de la Federación de Centros de Estudiantes de la Universidad, las protestas comenzaron el lunes de esta semana y los culpables se autodenominan “Asociación Trujillanos”.

Además de la licitación, en la ciudad se han registrado protestas por el cierre de un Mercal, que ahora pasará a funcionar como depósito para los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap). “Ayer hubo agresiones contra estudiantes y profesores”.

Según la versión que maneja Arellano, los atacantes salieron desde la residencia masculina ubicada cerca de la facultad de farmacia. “Pedimos que se castigue con rigor, con todo el peso de la ley. No podemos permitir que un grupo de vándalos y delincuentes afecten la universidad“, dijo Arellano.

“Hacemos un llamado a los organismos nacionales, que se den por enterados de esta situación. Aquí se hacen de la vista gorda, y hay grupos irregulares, parapoliciales. Estamos sitiados”, dijo Yeison Lastre, quien además añadió que este miércoles, 8 de marzo, habrá una reunión extraordinaria del Consejo Universitario para decidir si se suspenderán las clases en la universidad.

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