Un olor pestilente impregnaba uno de los pasillos de la Maternidad Concepción Palacios este viernes 29 de enero. La razón, explican dos dirigentes sindicales de la institución, es la acumulación de bolsas con desechos orgánicos en descomposición que estuvieron en depósito más de cinco días sin ningún tipo de refrigeración.
Las bolsas azules, entre otras cosas, contienen la placenta de las parturientas. Hasta hace unas semanas la maternidad contaba con una pequeña cava que las mantenía en frío. “Estuvo de una semana a quince días abierta y se dañó de tanta placenta que le metieron”, explica Carlos Barrios, uno de los trabajadores. El director de la institución, José Luis Odreman, asegura que el daño fue causado por una falla eléctrica.
Son entre 100 y 150 partos diarios, según cifras de los trabajadores, por lo que fácilmente se pueden acumular kilos y kilos de desechos que son cultivo de bacterias e infecciones.
Para este viernes ya habían empezado las labores de recuperación del sitio, las bolsas habían sido movilizadas y el personal de Supra (Empresa que presta servicio de Aseo Urbano en el municipio Libertador) había empezado a retirarlos, según informó a Efecto Cocuyo el director. Asimismo, expresó que a partir de ahora los desechos se resguardarán en las cavas de la morgue del hospital.
Explican los sindicalistas que los recolectores del aseo no trabajan con la frecuencia necesaria. Se acercan una vez por semana, o cada quince días, y por la gran contaminación que tienen esos desechos no cualquiera puede retirarlos. “Cada traje de esos para recolectar las placentas cuesta 7.000 bolívares”, apunta la enfermera Esther Figueroa, quien da cuenta de que tres trabajadores se enfermaron por las condiciones del depósito.
Además del olor, también insectos y hasta ratas se paseaban por el lugar, insistieron los denunciantes. Tras una fumigación, los gusanos muertos aún permanecían en el piso. Pero según alertan los trabajadores, el cúmulo de infecciones seguirá de no eliminar todas las bolsas y desinfectar el lugar.
Condiciones difíciles
“No hay insumos, no hay medicamentos, no hay camillas, no hay ni papelería”, expresa la enfermera Figueroa y asegura que desde hace mucho tiempo el personal trabaja “hasta con las uñas” para asistir a las madres que dan a luz.
Ambos, alertan sobre la importante escasez de suero. No hay ni arsénico ni 045, fórmulas lácteas acordes a la edad de los neonatos, antibióticos pediátricos en suspensión ni batas quirúrgicas.
“Tenemos una semana sin sello en admisión porque se dañó y no ha sido repuesto. Hasta eso que es tan prioritario”, expresa la trabajadora. Refiere que como no hay fórmulas para los bebés recién nacidos, pero sí de 6 meses en adelante, buscan hacer intercambios con otros centros de salud para poder conseguir lo necesario.
Sobre los antibióticos, menciona Carlos Barrios que hubo un tiempo en desabastecimiento total “pero llegan de a poco, al igual que los sueros que se agotan rápidamente”. Insiste y añade que las mujeres están dando a luz con otros materiales quirúrgicos porque batas no hay.
Las condiciones de trabajo, explican ambos, son difíciles y ellos esperan que intervengan al hospital. El director Odreman lleva cerca de dos años al frente de la institución y según indican, no ha querido hacerle frente a las denuncias sindicales. “Estamos cansados de su gestión”, concluyen.