El escritor británico de origen japonés Kazuo Ishiguro, ganador del Premio Nobel de Literatura 2017, expresó este jueves 5 de octubre el deseo, desde su domicilio londinense, de que este reconocimiento ayude a “unir a las personas a nivel internacional”.

En una improvisada rueda de prensa celebrada en el jardín de su residencia del norte de Londres, el autor, de 62 años, explicó que “vivimos un periodo de la historia donde todo el mundo se está mirando a sí mismo y las personas en sus comunidades intentan separarse”.

“Estamos en peligro de perder una visión internacionalista del mundo y creo que algo como el Premio Nobel ayuda a unir a las personas a un nivel internacional”, reflexionó al ser preguntado por sus sentimientos ante el “brexit” o salida del Reino Unido de la Unión Europea.

El autor confió en que recibir este “enorme honor”, pueda, de alguna manera, “alentar a las fuerzas del bien y de la paz“.

Ishiguro señaló que recibir el Premio Nobel ha sido algo “maravilloso y totalmente inesperado” y confesó que se siente “avergonzado” al haber sido condecorado con el galardón más relevante de la literatura “al haber tantos grandes autores vivos a los que no se lo han dado”.

El Nobel le llega, según explicó, “en un momento en el que el mundo afronta incertidumbre sobre sus valores, liderazgo y su seguridad”.

“De una manera muy pequeña, confío en que algunos de los temas que he intentado abordar en mi obra -sobre historia, no ya solo sobre mi memoria personal, sino sobre la manera en que países y naciones y comunidades recuerdan su pasado y sobre con cuánta frecuencia entierran los recuerdos incómodos del pasado- sean de ayuda al clima que tenemos actualmente”, argumentó.

Autor en total de ocho obras, en su trayectoria se percibe la predilección por temas como la memoria, el tiempo y el autoengaño, según recordó hoy la Academia sueca, que premió la “fuerza emocional” de su escritura y el haber descubierto “el abismo más allá de nuestro ilusorio sentimiento de conexión con el mundo”.

Con obras como “Never let me go” o “The buried giant“, Ishiguro ha analizado “cómo la memoria se relaciona con el olvido, la historia con el presente y la fantasía con la realidad”, según la decisión de la Academia.

Su primera novela, “A Pale View of Hills” fue publicada en 1982 y con ella obtuvo el premio Winifred Holtby Memorial, pero fue en 1988 con “The Remains of the Day“, cuando se consagró tras ganar el Booker Prize.

En esta oportunidad la cantidad de dinero que recibe el ganador aumentó a 1,1 millones de dólares.

La semana Nobel arrancó el pasado lunes 2 de octubre, con la concesión del premio de Medicina a los estadounidenses Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young por describir el “reloj biológico” y el martes se anunció el de Física, que fue para los estadounidenses Rainer Weiss, Barry C. Barish y Kip S. Thorne, por su “decisiva contribución” a la detección de “las ondas gravitacionales“.

Cinco datos sobre el premio Nobel de Literatura 2017

1- Nació en 1954 en Nagasaki (Japón), ciudad que dejó a los cinco años para dirigirse junto a sus padres a Londres pues su padre, de profesión oceanógrafo, fue contratado por el gobierno británico. En 1960 su familia se trasladó al Reino Unido, donde estudió Filología Inglesa y Filosofía en la Universidad de Kent.

2- Comenzó su carrera escribiendo guiones de televisión a los 24 años. Quiso ser músico de rock, pero no tuvo éxito en este ramo.

3- Es miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias, Oficial de la Orden del Imperio británico, Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia y Premio Helmerich (2013).

4- En 1989 publicó “The Remains of the Day” (“Lo que queda del día“), libro por el que ganó el premio Booker Prize. Ese libro fue llevado al cine en 1993. El largometraje con las interpretaciones de Anthony Hopkins y Emma Thompson narra las experiencias de un mayordomo, Mr. Stevens, que trabaja para un lord pronazi en la Inglaterra previa a la segunda guerra mundial.

5- En 2005 se adentró en la ciencia ficción con “Never let me go” (“Nunca me abandones“), una historia que toma como eje a tres amigos cuyas vidas se narran desde su estancia en el internado de Hailsham. Este relato también fue llevada al cine por el director estadounidense Mark Romanek.

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