Las expectativas eran altas. El inicio del proceso para destituir a los magistrados de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), por la publicación de dos sentencias que arrogan al Poder Judicial las funciones de la Asamblea Nacional (AN), parecía algo inminente. El Parlamento tenía previsto sesionar para revocar a los funcionarios este martes 4 de abril, pero las puertas del Hemiciclo nunca se abrieron.

Un grupo de periodista llegó a las 10:00 am, pese a que la sesión no empezaría sino hasta las 2:30 pm. Mientras pasaba el tiempo, daban una vuelta por la marcha chavista o tomaban fotos a las pancartas del oficialismo.

El Gobierno no quería que se hiciera la sesión. El asfalto de unos metros de la avenida Universidad, principal acceso a la AN, estaban teñidos con franelas rojas. La tarima para recibir a algunos diputados, pero del oficialismo, fue instalada en la esquina de San Francisco, justamente por donde acceden los vehículos al Palacio Legislativo.

“Pasa y firma ahí con la hora en la que llegaste a la sesión, si es que hay sesión“, indicó uno de los vigilantes de la AN. “Ramos Allup me llamó y dijo que es casi imposible que los diputados lleguen al Palacio”, hablaba un hombre por teléfono desde uno de los balcones.

La música de la convocatoria chavista hizo que las paredes del Parlamento retumbaran al ritmo de la música llanera y la salsa. Pasado el mediodía, funcionarios de la AN informaron sobre la suspensión de la sesión de este martes. Minutos después, saldría la segunda vicepresidenta, Dennis Fernández, quien negaría la información.

“Estamos preparándonos para la sesión de las 2:30 pm“, aseguró la diputada cuando solo quedaba una hora y media para el inicio de la reunión. Aún la puerta del Hemiciclo seguía cerrada. Tajante, afirmó que los parlamentarios que estaban en la calle llegarían para el histórico encuentro y lograrían el quórum. “Van a llegar, salvo que el Gobierno atropelle a los diputados, los hiera o los mate”, dijo.

En paralelo, el presidente de la AN, Julio Borges, y el diputado Richard Blanco sorteaban una “lluvia” de gases lacrimógenos para llegar a sus curules. El día anterior, el lunes 3 abril, los parlamentarios Juan Requesens y José Brito fueron agredidos por colectivos cuando protestaban en la sede de la Defensoría del Pueblo.

El tiempo pasaba, pero los diputados seguían sin llegar. En tres ocasiones intentaron superar los piquetes de la PNB en la autopista y en la avenida Libertador, pero no pudieron. En los jardines de la AN nadie quería decir que no vendrían; sin embargo, minutos después, los funcionarios lo volvieron a confirmar. Ahí se dispersó el grupo en espera.

Los efectivos frenaban el paso, las estaciones de Metro estaban cerradas y el chavismo bloqueaba la entrada al Palacio Legislativo. En la calle, la gente sintió que los parlamentarios compartían su lucha. “¡Así es que provoca salir! Los políticos tienen que estar aquí tragando bomba y recibiendo perdigones con nosotros”, exclamó un manifestante en la autopista Francisco Fajardo.

Las puertas del Hemiciclo se mantuvieron cerradas este martes, 4 de abril. La sesión con la que los opositores buscan destituir a los magistrados tendrá que esperar un día más.

</div>