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Dos semanas antes de las elecciones fijadas por el Gobierno para escoger los integrantes a la Asamblea Nacional Constituyente, la oposición preguntará a la población si quiere que ejecute ese proceso. Aunque la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) bautizó la iniciativa del próximo 16 de julio como una “consulta al pueblo soberano”, el politólogo y analista Piero Trepiccione asegura que la actividad podría convertirse en un plebiscito y adelantarse a los comicios del 30 de julio.

El analista político afirma que existe una condición para que la fecha que puso la MUD se convierta en histórica: que la dirigencia logre conectarse con el descontento de la gente. Si lo logra, dice que el 16 de julio podría transformarse en un “plebiscito adelantado de lo que pretende el Gobierno con las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente“.

“Es un día muy importante que va a depender del nivel de entusiasmo de la gente. La MUD va a tener que conectarse con el descontento generalizado que inundó a la población”, indica Trepiccione.

Para ello, considera que la dirigencia debe unificar criterios, definir estrategias y hablarle con claridad al país. “El peor error que puede hacer la oposición ahora es caer en un mar de ambigüedades. Si se deciden por una acción, deben concentrar sus esfuerzos en ella. No se pueden enviar mensajes diferentes”, dice.

El pasado lunes 3 de julio, los dirigentes de la MUD anunciaron la convocatoria a una consulta popular desde el Centro Cultural Chacao. Allí firmaron el “Gran Acuerdo Nacional” y acordaron hacer tres consultas a la ciudadanía: ¿Aprueba o no la convocatoria a Constituyente? ¿Cómo debería actuar la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en este contexto? ¿Se sumaría a la convocatoria de un gran Gobierno de Unidad Nacional?

Para Trepiccione, las tres preguntas dispersan el mensaje que busca dar la oposición y son redundantes. “Yo me concentraría en la primera interrogante, que es la referida a la Constituyente y la que ha cobrado mayor vigor. La MUD tiene una población de más de 90% que no está de acuerdo con ese proceso. Debería concentrarse en eso y no inventar”, opina.

Añade que el rechazo al proceso constituyente se ha manifestado en las encuestas nacionales y que el ambiente en torno a la iniciativa propuesta por el presidente Nicolás Maduro, no es el mismo que rodeó al proceso planteado en 1999. “Aunque muy poca gente sabía de qué se trataba, había una esperanza en torno a la Constituyente de ese año. Hoy esa palabra es asociada a algo innecesario, antidemocrático y que llega fuera de contexto”, explica.

Ese rechazo en la población es lo que, a juicio de Trepiccione, la MUD debe aprovechar para impulsar la consulta popular pese a no contar ni con la plataforma de las autoridades electorales ni con el aval institucional de los demás órganos del Estado.

“No podemos caernos a engaños. Sabemos que hay un panorama institucional absolutamente contrario a propuestas de este tipo; pero si la oposición hace esta consulta y logra una participación masiva, no solo le envía un mensaje al Gobierno, sino a toda la comunidad internacional“, afirma.

Un tercer sector recibiría también ese mensaje: la misma población. Con una participación en masa, indica, también la consulta popular tendría un impacto ciudadano.

“En este momento, quienes ostentan el poder en Venezuela no tienen legitimidad. Lo que tiene que darse es una transferencia de instituciones hacia personas que cuenten con una mayor legitimidad social. No con elecciones sectoriales ni distorsionadas, sino con cualquier sistema que facilite la participación masiva de la ciudadanía”, asegura el analista político. “Esta consulta popular hace un aporte a la democracia“.

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