plebiscito convocado en Colombia en el que ganó el No por una mínima diferencia, el Comité Noruego del Nobel de la Paz decidió este viernes, 7 de octubre, otorgarle a Juan Manuel Santos el premio por sus “decididos esfuerzos” por llevar la paz a su país tras 52 años de conflicto armado. La ONG Control Ciudadano publicó un editorial en el que asegura que el Nobel de la Paz otorgado a Santos es un “mecanismo de contención pondrá sus ojos sobre Colombia, pero también sobre Venezuela“. Para la organización, este premio representa un esfuerzo en el que “se direcciona la mirada del mundo entero sobre Colombia, para generar anclas y compromisos morales sobre las partes en conflicto, que impidan reanudar los combates”. El día siguiente al triunfo del No sobre el Sí al acuerdo de paz firmado entre las fuerzas en conflicto, el presidente Santos declaró que el cese al fuego duraría hasta el 31 de octubre de 2016, en vista del rechazo que la población colombiana había manifestado frente al acuerdo suscrito. Las Farc comenzaron de inmediato un repliegue hacia las zonas de seguridad y sus áreas de control militar. Para la ONG, este repliegue implica, por “las afinidades y solidaridades ideológicas del gobierno de Maduro con las Farc”, una mayor atención de los ojos del mundo a nuestra frontera, en vista del “enorme flujo de recursos económicos producto del narcotráfico y recibiendo transferencias ilegales de armas y municiones” que tiene las Farc, y que implicarían a nuestra zona fronteriza. A continuación, lea el editorial de Control Ciudadano Control Ciudadano www.controlciudadano.org Editorial 7 de octubre de 2016 El Nobel de la Paz como mecanismo de contención pondrá sus ojos sobre Colombia, pero también sobre Venezuela. Con un cese al fuego establecido por el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, hasta el 31 de octubre, en espera de solucionar el conflicto con las Farc, tras el rechazo al pacto de paz en el plebiscito, este Nobel concedido hoy al segundo colombiano en la historia, luce como el más eficaz mecanismo de contención, para evitar que nuevamente entren en combate las partes de conflicto, con más de medio siglo de lucha armada. Con este reconocimiento a Santos, se direcciona la mirada del mundo entero sobre Colombia, para generar anclas y compromisos morales sobre las partes en conflicto, que impidan reanudar los combates. Allí la razón de este galardón, que este año será muy controvertido y polarizará opiniones, tal cual el resultado del plebiscito generó. Por los momentos las FARC han comenzado el repliegue de su pie de fuerza a “zonas seguras”, después de la movilización que habían realizado a las veredas de las 28 zonas de concentración, establecidas para la entrega (dejación) de armas de haberse aprobado el plebiscito. En tanto las Fuerzas Armadas regulares monitorean por todos los medios de inteligencia posible, incluso con cooperación internacional, este repliegue en la previsibilidad real de la reanudación del conflicto. Sin embargo, ¿podrá el Nobel de la Paz hacer cesar eficazmente los combates en Colombia? Es difícil hacer un pronóstico en esta dirección. Lo que sí se sabe es que las Farc, aunque debilitadas, continúan manejando un enorme flujo de recursos económicos producto del narcotráfico y recibiendo transferencias ilegales de armas y municiones. Por ambos motivos y dado la amplia frontera compartida con Venezuela y las afinidades y solidaridades ideológicas del gobierno de Maduro con las Farc, los ojos del mundo también estarán más vigilantes que nunca sobre Venezuela, un país completamente opaco en el control sobre la producción e importación de armas y municiones, como también territorio natural de grupos armados al margen de la ley, que encuentran en las debilidades de su integridad territorial la autopista idónea para los tráficos ilícitos esenciales para su sobrevivencia. El Nobel pondrá los ojos sobre Colombia pero también sobre Venezuela.]]>

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