Las dudas sobre las cifras de participación en la elección de la Asamblea Nacional Constituyente no se han disipado. Luego de cinco días de realizado el evento electoral, este viernes 4 de agosto fueron dados a conocer resultados en la página del Consejo Nacional Electoral pero  no registran porcentajes de participación, ni votación en las mesas o centros de votación.  También han surgido testimonios ( con fuentes que piden mantener la reserva de identidad) sobre  incidentes en el manejo de la data y ubican en 6,9 millones el máximo de los electores que votaron.  Efecto Cocuyo, además tuvo acceso a dos documentos con cortes de participación, en los 14.515 centros de votación,  exceptuando los centros de contingencia, que revelan que al menos sufragaron 3,7 millones de electores.

La diferencia de las cifras de participación entre el CNE y la empresa Smartmatic oscila entre 1.339. 320 electores y 1.189.320 de electores, de acuerdo con datos suministrados por fuentes directas consultadas por Efecto Cocuyo, que indicaron que el 30 de julio cuando se llegó a 92% de la totalización de las actas escrutadas se había registrado una participación de 6,65 millones de electores y los mismos técnicos estimaron, con  proyecciones, que al totalizar el 100% de la trasmisión los números llegarían a un máximo de 6, 9 millones.

De acuerdo con la rectora Tibisay Lucena, la participación llegó a 8.089.320 venezolanos. La funcionaria hizo esta afirmación cuando leyó el primer boletín, a eso de la medianoche del 31 de julio.

La rectora igualmente aseguró que en zonas del estado Mérida habían votado incluso a medianoche. Sin embargo, a diferencia de otras elecciones, la máxima autoridad del Poder Electoral no informó con qué porcentaje de la totalización se dio el primer boletín. Tampoco se precisó en el segundo boletín el restante de la cantidad de votos.

El director general  de la compañía Smartmatic, Antonio Mugica,  dijo el miércoles, 2 de agosto, que “la diferencia entre  la cantidad anunciada y la que arroja el sistema es de al menos un millón de electores”. Dijo además que “hubo manipulación del dato de participación”.

Aunque Mugica no precisó la diferencia, esta  puede llegar a un máximo de 1,3 millones, de acuerdo con las fuentes internas. Las fuentes dijeron que se trata de electores y no de votos.

Lucena, al rechazar las declaraciones de Smartmatic, dijo que “se trata de una opinión sin precedentes por parte de una empresa cuyo único rol es proveer un servicio que no es determinante en los resultados”.

No obstante,  los servicios que ofrece Smartmatic permiten detectar manipulaciones en el sistema, que es lo que explicó Mugica cuando informó las discrepancias entre las cifras del CNE y las de la empresa.

Esta manipulación se puede notar porque, aunque es el CNE el que tiene acceso total a los datos,  estos están en la memoria de la máquina de votación y en el Sistema de Autenticación Integrado, que una vez cerrada la mesa de votación emite el acta y trasmite los datos al centro de totalización.

En este sentido, un cable de la agencia Reuters, fechado el 2 de agosto,  informa que hasta las 5:30 de la tarde del domingo 30 de julio sólo habían votado 3,7 millones de electores en el proceso de escogencia de los candidatos a la ANC. La agencia indica que tuvo acceso a información interna del CNE.

“Los documentos, que dividen los datos en los 14 mil 515 centros de votación de Venezuela, muestran que 3 millones 720 mil 465 personas votaron hasta las 5:30 pm”.

Efecto Cocuyo también tuvo acceso a sendos documentos, con dos cortes, uno a las 11 am y otro correspondiente a las 5: 30 pm. Se trata de documentos en formato Excell que tienen registros de 14.515 centros de votación. No contemplan los centros de contingencia activados en El Poliedro de Caracas ni en Los Teques. Tampoco tienen los códigos de los centros de votación, por lo cual no se puede afirmar que sean documentos oficiales.

En una captura de pantalla que se muestran a continuación las filas corresponden a lo siguiente:

H: Centro de votación, I: número  de mesas de votación, J: electores inscritos, K: electores que votaron, L: porcentaje de participación

De acuerdo con la experiencia previa, los documentos a los que alude Reuters y que coinciden con los aquí señalados podrían obedecer  a los “cortes” usuales de datos que hacen los partidos en sus operaciones de seguimiento de flujo de votantes ( Operación Mosca o Satélite)  los cuales solo indican participación y se hacen de manera manual. O los reportes que trasmiten, también manualmente, los coordinadores de los centros de votación.

Anteriormente era posible hacer este seguimiento  con las máquinas captahuellas porque trasmitían en linea, pero  actualmente el  Sistema de Autenticación Integrado (SAI) no puede enviar datos en tiempo real de cuántos electores han validado su huella dactilar ni de participación.

En esta ocasión el partido PSUV  intentó seguir el flujo de votantes con el carnet de la patria pero el sistema no funcionó, como quedó en evidencia cuando el presidente de la República, Nicolás Maduro votó.

El SAI es una de las garantías para evitar la usurpación de identidad o la doble votación, sin embargo no funcionó a su cabalidad este 30 de julio, según explica el periodista Eugenio Martínez, experto en la fuente electoral.  La razón de que no haya funcionado es porque el CNE no solo nucleó centros electorales, sino que además autorizó que los electores registrados en un municipio pudiesen votar en cualquier centro de votación de ese municipio.

El SAI no funcionó correctamente el 30J

Los dispositivos del SAI no están interconectados entre sí para detectar la duplicidad de votos, por tanto es factible que un elector pudiera sufragar varias veces.

Esta posibilidad también se ve potenciada porque, a diferencia de otros procesos, no hubo marcación del dedo meñique con tinta indeleble, una de las garantías físicas que complica cualquier intento de voto doble.

No se usó tinta indeleble porque la UCV se negó a suministrarla al considerar ilegal la convocatoria a la ANC

De igual manera tres fuentes confirmaron a Efecto Cocuyo un incidente que se reportó en la sala de totalización cuando se pidió a los técnicos de Smartmatic salir de la instalación justo cuando se llegó al 92% de la totalización.

El CNE habilita usualmente tres salas de totalización, una está ubicada en la Universidad Bolivariana, otra en la sede del CNE en Plaza Venezuela y la principal en la sede  del CNE  que funciona en el centro de Caracas y desde donde despachan las rectoras.

El acceso a la sala de totalización está restringido. Solo muy pocas personas pueden ingresar.  Para hacerlo deben usar trajes asépticos. Tampoco se permite el uso de celulares ni de otros dispositivos electrónicos.

Generalmente,  los testigos designados por los partidos tienen acceso a este espacio cuando se decide verificar la totalización. Sin embargo, para esta elección no hubo testigos de organizaciones políticas opositoras, sino solo del Psuv, principal partido del Gobierno. De acuerdo con una fuente interna del CNE, al menos dos altos dirigentes del partido ingresaron a la sala, una vez que fueron desalojados los técnicos de Smartmatic.

Uno de los jefes del Comando Zamora, Jorge Rodríguez, expresidente del CNE y quien abrió las puertas en 2004 para que Smartmatic llevara a cabo el voto automatizado en su totalidad en Venezuela, ha solicitado que se complete al 100 por ciento la auditoría del proceso.

Sin embargo, la auditoría posterior que establece el CNE no involucra a los cuadernos de votación, sino la comparación entre las actas y las papeletas depositadas en las urnas, lo cual no despeja la duda de si hubo duplicación de voto, es decir, que un mismo elector pudo votar varias veces.  Esta auditoría le fue negada en 2013 al excandidato presidencial Henrique Capriles Radonski, aunque sí se se hizo la auditoría posterior con la apertura de todas las cajas que mostró la coincidencia entre las actas y las papeletas. Esta coincidencia siempre se generará porque el sistema registra voto ingresado. Es posible que en algún caso haya menos papeletas en las urnas si el elector destruye la suya, pero esto es un delito electoral. Además el depósito de la papeleta se hace públicamente.

Foto referencial. El CNE prohibió a los medios hacer fotografías dentro del espacio de votación

Otra anomalía del proceso del 30 de julio fue que no se hizo la auditoría de cierre, que popularmente se llama en caliente- y que consiste en que una vez cerrada la mesa de votación se procede a la apertura de un porcentajes de las cajas para comparar el número de papeletas con lo registrado en el acta de cierre.  Este es un acto público al cual, por ley, tienen acceso los electores.

Una auditoria del sistema, tal como lo solicitó Mugica, permitiría precisar a ciencia cierta cuánto fue la participación.

Los grupos de observación electoral venezolanos denunciaron previamente que el proceso sería inauditable por la violación de las normas y por la eliminación de 14 de las auditorías usuales.

El sistema automatizado venezolano fue avalado por grupos reputados de observación electoral, tanto nacionales como internacionales, incluyendo la Unión Europea en su última misión en el país y el Centro Carter. Todos los observadores validaron las fortalezas del voto electrónico, las garantías de transparencia, el resguardo del secreto del voto y las auditorías en donde participaban los testigos de los partidos.  Las críticas que se han realizado a los procesos venezolanos y las sugerencias de mejora se enfocaban en el ventajismo del gobierno, el uso de los recursos públicos en las campañas y las agresiones a partidos opositores, no a la plataforma tecnológica.

Ninguna de estas fortalezas se pudieron apreciar en las elecciones del 30 de julio, las cuales no fueron observadas por expertos electorales.

Además de la cuestión técnica,  la presunta manipulación de la data de participación y las irregularidades en la transparencia del proceso generó discusiones internas en los partidos y grupos que apoyan al Gobierno y que no pudieron hacerse con un lugar en la Asamblea Constituyente.

La dirigencia del Patria Para Todos desconoció las cifras de las elecciones de la ANC y exigió aclarar los resultados de los comicios.

“Desconocemos las cifras electorales, los votos del Distrito Capital y de otras importantes capitales. Solicitamos los resultados obtenidos de cada municipio del país, de cada parroquia, debido a que es una deuda que tenemos con nuestros electores, mostrarles el resultado de tanto esfuerzo”, dijo Ilenia Medina, secretaria general de la organización.

Agregó que no hay concordancia con los votos, “hay 13 listas y aún varias agrupaciones no cuentan con sus números pese a que la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, le entregó los resultados al presidente Nicolás Maduro”, comentó el lunes en rueda de prensa.

La instalación de la ANC fue retrasada. Se iba a realizar el jueves y fue pospuesta para este viernes 4 de agosto.

Al complejo sistema mixto para la elección de los constituyentes se suma que los resultados divulgados no contienen los datos por mesas ni centros de votación. Tampoco las cifras de participación.  Es la primera vez que ocurre. También es primera vez que el CNE tarda tanto en publicar los datos que debían corresponder a un primer boletín, el cual suele ser publicado durante la madrugada posterior al día de la votación.

También el CNE informó que realizarán elecciones en dos municipios de los estados Mérida y Táchira para definir a siete constituyentes.

“Ya aprobamos la repetición de la elección del municipio Miranda del estado Mérida, y del municipio Francisco de Miranda del estado Táchira”, informó el jueves en la tarde Lucena.

Finalmente, la pregunta es por qué el CNE se habría prestado para presuntamente manipular la data de participación.

Una fuente del Psuv indicó que se discutió sobre cómo generar un impacto que superará las cifras, tampoco auditables, que presentó  la Mesa de la Unidad, sobre la participación en la consulta popular del  16 de julio.  La Comisión de Garantes de este proceso certificó en un primer boletín, con 95% de totalización,  que 7 millones 180 mil 170 personas votaron.

Las cifras de participación del 30J son por ahora una caja negra, que solo una auditoria de las actas de escrutinio podrían ayudar a clarificar.

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