He leído y oído con mucho detenimiento lo que recientemente ha declarado el Mayor General en situación de retiro, Miguel Rodríguez Torres, exministro de Interior, Justicia y Paz y por muchos años, durante el mandato del presidente Hugo Chávez, jefe del Sebin.

Por supuesto que de estas declaraciones se pueden interpretar muchas cosas, incluso las que cada sector venezolano quiera interpretar. Sin embargo, y sin lugar a dudas, Rodríguez Torres ha puesto el dedo en la llaga en dos temas fundamentales para la ciudadanía: la seguridad personal y la economía del país.

Aunque a mi juicio hubo timidez en algunas aristas de estos dos temas que afectan profundamente la vida del venezolano, sobre todo en los estratos más humildes y la clase media, no deja de ser valioso que un exfuncionario del alto nivel como él, reconozca públicamente que se cometieron y se cometen errores y omisiones que provocan las grandes dificultades que en estos dos temas afronta el país.

Vale recordar que Rodríguez Torres no es un personaje que tenga la gracia de todo el sector chavista. Me atrevo a afirmar que incluso fue sacado del Gobierno porque comenzó en lo interno a manifestar su visión sobre la conducción que del país hace esta especie de “liderazgo colectivo” del que él habla y que hoy por fin se atreve cuestionar públicamente.

La razón por la cual lo hace no la conozco, por supuesto. Y no interpreto, a pesar de ello, que sea mero oportunismo siendo él un hombre a mi juicio muy cuidadoso a la hora de actuar. Me parece apresurado interpretar que se trata de un lanzamiento al ruedo político con la única meta de llegar a Miraflores para encabezar una “transición”.

No es difícil darse cuenta de que la conducción del país es absolutamente errónea. Incluso para algunos, que vale la pena escuchar, desde el chavismo no hay proyecto alguno, no hay un norte definido, sino pura improvisación. Por lo que, además de sentido común, la reacción de Rodríguez Torres ante el desmoronamiento de un movimiento popular con la fuerza que tuvo el chavismo, es natural.

Hay que recordar también que el general retirado fue uno de los militares del 4F, estuvo preso y negado a renunciar a la vida militar hasta que paso a retiro no por voluntad propia, sino por orden del presidente Maduro, poco antes de ser también retirado del Gobierno.

Siendo ya Chávez presidente, recibe la tarea de conformar los Círculos Bolivarianos en todo el país, y hablo de las células de formación política popular basadas en las tres raíces que tenía como objetivo politizar al pueblo, y no de esa deformación que hicieron más tarde los medios de comunicación que participaron en el golpe el 11 de abril.

Como reportera de Radio Nacional de Venezuela, acompañe a Rodríguez Torres en esta labor por varias regiones del país, y por eso me consta que no se trataba de un trabajo de conformación de células violentas adiestradas para agredir o ser fuerza de choque contra la “sociedad civil” opositora.

Fue un trabajo minucioso de organización y politización popular que incluso fue estudiado por un profesor de ciencias políticas norteamericano que a razón de hoy creo que más que profesor era un agente de la CIA. Y lo digo con toda la seriedad del caso.

¿Qué ha dicho Rodríguez Torres lejos de la realidad? creo que nada. El hecho cierto es que a pesar de que el aparato comunicacional del Estado se empeñe en ocultar que la crisis avanza dejando a su paso terribles consecuencias para la vida del venezolano, la realidad está al alcance de todos, farmacias y mercados desabastecidos al punto de emergencia humanitaria, y la delincuencia absolutamente desatada sin freno y sin castigo.

En el tema de seguridad el exministro no ha dicho más de lo que en las calles se vive día a día, una población aterrada, secuestrada por el miedo y desamparada. No hay nada que se esté haciendo para detener el avance de la violencia y la inseguridad personal.

Me consta que luego de su abrupta salida, el plan Patria Segura fue echado al basurero del piso 3 de la esquina de Platanal, Carmen Meléndez medio intento seguir con el trabajo iniciado por el equipo de Rodríguez Torres, pero al llegar González López al cargo, incluso no se podía ni mencionar el plan porque era un plan de Rodríguez Torres y era algo así como caca. Es decir, al diablo los resultados que éste había obtenido, Patria Segura y el Patrullaje Inteligente era pasado y lo de ahora era la OLP. Los resultados están a la vista.

Durante su paso por el ministerio, Rodríguez Torres no tuvo complejo en sentarse a dialogar con alcaldes y gobernadores de todo el país sin importarle su partido, incluso tal como lo ha dicho, se sentó en una misma mesa con Henrique Capriles, o con Gerardo Blyde, alcalde de Baruta, en donde por cierto se registraron los mejores resultados del Patrullaje Inteligente durante su implementación en el área metropolitana de Caracas.

Por supuesto que el exfuncionario ha sido calificado de traidor al legado de Chávez. No hay que ser adivino para predecir que un tsunami de epítetos será descargado contra él por personajes como Mario Silva, que forma parte del chantaje al que han sometido a la militancia y todo cuanto no está de acuerdo con el pensamiento impuesto por una dirigencia concentrada solo en conservar el poder y mantener su status quo.

Ha planteado el exfuncionario poner al país por encima de cualquier interés particular o partidista. La reacción de la dirigencia y sus voceros no es más que el miedo de sentirse criticados por un personaje que puede hacerle un contrapeso al “liderazgo colectivo”, o al débil liderazgo del presidente Maduro, con la fuerza que detrás de él se pueda desatar.

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