crédito: Zulia por dentro

Casi 30 kilómetros separan el hogar del señor Osvaldo de su trabajo. Vive en Santa Rosa de Aguas, barrio vecino del lago de Maracaibo (estado Zulia).

Tiene 16 años haciendo la misma ruta. A las seis de la mañana iniciaba su travesía. El primer autobús lo llevaba desde su casa hasta el centro de la ciudad. El segundo transporte va del centro a la zona industrial. De allí, agarra otro hasta el kilómetro cuatro, vía Perijá. En las dos primeras rutas tarda alrededor de una hora, en la tercera 30 minutos.

Desde hace un par de años, ver pasar un autobús se volvió cada vez menos frecuente, las personas empezaron a acumularse en las paradas y las chirrincheras (los camiones de transporte de carga usadas para la movilización de personas) comenzaron a abundar en la ciudad.

Sin transporte público los marabinos tienen pocas opciones para llegar a sus puestos de trabajo: “pedirle la cola” a los amigos, familiares, vecinos y compañeros o caminar. A la falta de autobuses se suma la escasez de efectivo, lo que hace que las tarifas de transporte varíen según la distancia a recorrer.

Según cuenta Efraín, vecino del Barrio Norte, una carrera corta puede costar Bs.S 100 y una larga Bs.S 150. En otras rutas se cobra Bs.S 200.

Un plan B

La empresa en que trabaja Osvaldo flexibilizó el horario de entrada por las dificultades para movilizarse en la región. Debe llegar a las 7:30 a.m, pero tiene chance de llegar hasta las 8:30 a.m. Muchas compañías hicieron lo mismo. Adelantaron sus horarios de salida, que en su mayoría son a las 4:00 p.m, o contrataron un autobús para llevar a casa a sus empleados.

La escasez de efectivo y las fallas en el transporte público motivaron a muchas personas con vehículo propio a subir pasajeros de camino a sus hogares para ganar dinero. Osvaldo es uno de ellos, desde que su jefe lo ayudó a comprar un carro para ir al trabajo. De ida y vuelta, agarra cinco pasajeros.

El presidente del Centro Sindical Noroeste de Transporte, Rubén Esis, lleva la cuenta de cómo la escasez de repuestos y los altísimos precios de los insumos han golpeado al sector. Hasta el 12 de enero de este año, 1.000 unidades de transporte circulaban en la ciudad de Maracaibo. 

Hace unos meses, los transportistas llegaron a una serie de acuerdos con el gobierno regional. Con cierta periodicidad, les han facilitado cauchos y aceite de motor. De esta forma, comenta Esis, han “rescatado” 400 unidades.

Aún con 1.000 autobuses funcionando, falta mucho para satisfacer la demanda de usuarios en la ciudad. Se necesitan otras 1.500 unidades de transporte. Para el 12 de enero, 1.200 vehículos estaban dañados.

Aunque se reparen los autobuses, queda un problema por resolver: el suministro de gasolina. A todos los vehículos se les está vendiendo sólo 30 litros de combustible. Los gremios del sector están llevando adelante las gestiones con Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y la Zona Operativa de Defensa Integral (Zodi) para que se dé prioridad al transporte público.

Sin rutas

Para el presidente de la Central Única de Trabajadores del Transporte en Maracaibo, Erasmo Alian, el municipios Maracaibo necesita 1.200 autobuses para reforzar los vehículos que ya están.

Una de las rutas más afectadas por la escasez de repuestos es la que recorre las distintas etapas de San Jacinto, uno de los sectores de la ciudad. Hace unos años contaba con 120 microbuses, para el 22 de enero tenía solo 30. La ruta uno – seis tenía 90 buses, ahora ocho funcionan.

Ni las gandolas que abastecen de combustible se salvan de la falta de insumos. Alian comentó que los conductores se reunieron con las autoridades de Pdvsa. Le dijeron a la empresa estatal que ellos también necesitan cauchos.

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Foto: Zulia por dentro

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