Tras 16 horas de deliberación, el juez Beltrán Javier Lira del Tribunal Sexto de Juicio del estado Bolívar, decidió cuatro años de prisión (sustituido por prohibición de salida del país y presentación cada 30 días), más multa de 1137 unidades tributarias,  al director del Correo del Caroní, David Natera Febres.

Este fue demandado en 2013 por el empresario Yamal Mustafá por difamación e injuria. Mustafá introdujo la demanda, a pesar de haber sido detenido e imputado por el caso de corrupción de Ferrominera Orinoco.

“¿Si cierran el correo para dónde voy?”,  se preguntaba Plabeysa Ostos, periodista del Correo del Caroní desde que se reactivó el juicio contra el medio guayanés, luego de la citación del tribunal recibida el 1 de marzo de este año.

La incertidumbre fue en aumento en la medida que se acercaba el inicio del juicio. “Somos una redacción pequeña y muchos medios nos ubican porque somos  una familia pequeña”, dijo Ostos. Cuenta que, a pesar de la esperanza que le transmitía su jefe, la tensión se sentía hasta en las conversaciones por teléfono.

“Más allá de la decisión, se trata del cierre de una ventana más y, lastimosamente, para nadie es un secreto que somos el único medio regional que lleva una línea editorial opositora; s diferencia de los otros medios que llevan una línea complaciente”, agregó.

La primera audiencia comenzó el pasado 9 de marzo a las 9:00 de la mañana y culminó poco después de las 6:00 de la tarde, y  las partes presentaron las pruebas basadas en sus argumentos.

El 24 de julio de 2013, el Correo del Caroní recibió un oficio por parte del Juzgado Primero de Juicio del estado Bolívar, extensión Puerto Ordaz, en el que se instó a no publicar informaciones relacionadas con el empresario querellante, quien en ese entonces era investigado por el Ministerio Público, institución que mantenía una indagación desde mayo de 2013.

“Por haber pasado dos años y ocho meses, la querella por difamación e injuria debió haber sido prescrita y, sin embargo, este miércoles el Tribunal Sexto de Juicio retomó el caso”, afirmó la periodista Oriana Faoro en una nota de prensa publicada este jueves, 10 de marzo, en el sitio web del diario. La defensa alegó la prescripción judicial del delito, pero no fue admitido.

La investigación de los casos de corrupción en Ferrominera Orinoco comenzó a finales de 2012 con la intervención de la compañía por parte de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCM). Luego de la publicación del resultado de las investigaciones hechas por el Correo del Caroní, el 19 de julio de 2013, Mustafá fue detenido junto a otros tres exgerentes.

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Mustafá, propietario del diario Primicia y de Corporacion De Alimentos Brindisi C.A. (Corpobrica), fue detenido el 18 de julio de 2013 por órdenes del Tribunal 5º de Control de Puerto Ordaz. Fue acusado de cooperador inmediato en los delitos de peculado doloso propio y concertación de funcionario público con contratista. Permaneció retenido por casi tres años y luego fue puesto en libertad plena tras el sobreseimiento de su causa penal.

La detención de Mustafá significó en el plano político un golpe bajo para el entonces gobernador del estado Bolívar, Francisco Rangel Gómez, de quien Mustafá era amigo personal y contratista en la administración regional, según reseñó Oriana Faoro en una nota de prensa del Correo del Caroní, publicada el 1 de mayo de 2015.

Por este mismo caso, expone Faoro, estuvo solicitado su sobrino, Manuel Mustafá, propietario de al menos tres empresas que fueron utilizadas durante la gestión de Sabbagh como intermediarias para la venta del producto.

María Acosta (exgerente de Finanzas) y María Rodríguez (exgerente general de Administración y Finanzas) fueron condenadas a cinco años y dos meses de prisión “luego de admitir estar incursas en hechos de corrupción cometidos durante la gestión del expresidente de la estatal, Radwan Sabbagh”.

Ángel Ramón Campero Franco, técnico de operaciones también fue condenado a tres años y seis meses de prisión “por la comisión de los delitos de peculado doloso propio, en grado de cooperador”.

El 2015 también fue un año difìcil para el rotativo, que por la crisis del papel se vio obligado a cambiar de formato y de standar pasó a tabloide en abril. Tres meses luego, la falta de papel se agudizó y de diario terminó en semanario con cobertura diaria a través de la plataforma digital.

FOTO: Correo del Caroní

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