Laura Weffer Cifuentes/ laura_weffer Las imágenes que Synelcar Tovar publicaba en sus redes sociales eran de paisajes azules, coloridos, lejanos y extraños a los de estas latitudes. Un paseo por el otro lado del mundo. Tiene tres años viajando por Asia con su esposo, Miguel Izquierdo. El 25 de abril enviaron a través de Facebook un mensaje asegurando que se encontraban bien. Un alivio para amigos y conocidos que temían por sus vidas, pues sabían que estaban en Katmandú, capital de Nepal, el día sábado, cuando ocurrió el terremoto de 7,9 que afectó el 40% del país y que ha dejado hasta el momento a más de 5 mil personas muertas. Las idílicas fotos de postales turísticas fueron sutituidas por rostros de tristeza y desesperación que reflejan la vida en el campamento donde se encuentran, alejados de la zonas urbanas que tuvieron mayor afectación.
“Gracias a Dios estamos bien…Salimos un poco heridos, con rasguños. De verdad, volvimos a nacer”, escribe la joven, desde Facebook, aprovechando que tenían un poco de electricidad en el lugar donde se están quedando y que necesitaban cargar la pila del celular. “Pero la situación en Katmandú es muy fuerte. No hay suficiente agua ni comida y la policía y los militares en realidad no ayudaron”.
Al referirse al momento del terremoto solo atinó a describirlo como “una película de terror”, pero asegura que su situación no se compara a la experiencia de quienes viven en ese país. Tovar narra que la mayoría de la ayuda que han recibido es de algunos locales y turistas. “Especialmente los turistas chinos que nos sorprendieron con tanta amabilidad”. Explica que el lunes 27 de abril pudieron movilizarse y alejarse de la zona afectada: “Gracias a Dios ayer pudimos tomar un bus a Pokhara, que es una ciudad turística, donde nada más sintieron el temblor, pero no tuvieron daños”.
Sus esfuerzos ahora están orientados a contribuir a aliviar la situación. “Hoy hemos estado ayudando en lo que podamos; regalando algo de ropa, medicinas, compramos algunos noodles (fideos) y los enviamos con los jeeps que están yendo a las zonas más afectadas. Seguimos esperando, porque hay pueblos donde todavía ni siquiera ha podido llegar la ayuda”.
El afecto que siente hacia el país asiático es evidente. “Nepal ha sido un país hermoso y único que nos ha abierto a muchas cosas bellas. Nos ha marcado de por vida, incluso con esta experiencia.Y bueno, estaremos aquí, tratando de dar nuestro granito de arena, ayudando en lo que podamos; porque ya no se trata de pensar en el bien propio sino en el bien del mundo…de la tierra”.
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