El referéndum revocatorio es una de las cartas que podría jugarse la oposición para salir de manera democrática y constitucional del presidente Nicolás Maduro. Sin embargo, para que este mecanismo sea efectivo debe aplicarse antes de que se cumplan los cuatro años de mandato presidencial (el 19 de abril de 2017). De lo contrario, será el vicepresidente Aristóbulo Istúriz quien asuma las funciones de Presidente en caso de vacante.

La exdirectora del Programa de las Américas del Centro Carter y profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Georgia, Jennifer McCoy, considera que la viabilidad del referéndum está limitada por el tiempo del que se dispone. “No hay mucho tiempo para ejecutarlo este año. El proceso debería ser más rápido esta vez, pero hay límites de tiempo”, declaró en entrevista exclusiva a Efecto Cocuyo.

La experta, que fungió como mediadora entre la oposición y el chavismo en 2002 tras el golpe de Estado en el gobierno de Hugo Chávez y que participó como observadora internacional en distintos procesos electorales en el país, explicó que lo que más demoró los resultados del revocatorio de 2004 fue la verificación de la autenticidad de las firmas. “La primera vez que lo hicieron no había regulaciones. Los partidos y el CNE desarrollaban los criterios que se iban a utilizar para recolectar y verificar las firmas. En esa oportunidad las auditorías se terminaron en último minuto. Ahora tienen la experiencia”, dijo.

La campaña de la oposición para salir del Gobierno ha cimentado aún más la relación gobierno – oposición. La conflictividad ha empeorado desde 2002 por la concentración de poder en el Ejecutivo y la falta de liderazgos que concerten las decisiones a juicio de la experta.

“En 2002 la oposición era más diversificada en los medios, los empresarios, los sindicatos, hasta el Poder Judicial estaba dividido. No había un control de un lado ni de otro. Ahora se ha agudizado la concentración del poder, después de diez años hemos visto que el partido de Gobierno tiene mucha influencia en la FANB, en el sector empresarial con las nacionalizaciones, en los medios. Esto dificulta más el diálogo (…) El chavismo tenía una sola voz que era la de Hugo Chávez, ahora hay muchos intereses y cálculos políticos, al igual que en la oposición, que dificultan tender puentes de comunicación”, opinó.

-¿Es necesario instalar una mesa de negociación con intervención de mediadores internacionales como en 2002?

No creo que vayan a aceptar mediadores internacionales ninguno de los dos lados. Pero sí hay que buscar mecanismos de diálogo, el problema son los cálculos políticos de los actores políticos. Los partidos que tienen ambición para llegar al poder quieren que el Presidente actual fracase porque así tienen más chance y el Gobierno no quiere tomar decisiones difíciles solo porque no quiere perder el poder, pero si no lo hacen lo van a seguir castigando.

-¿Qué opinión le merecen las elecciones del 6D?

La participación fue alta y los resultados fueron reconocidos por todos, eso es una buena señal para la democracia. Ahora lo importante es que sigue después porque eso significa que la población tiene deseos de cambios. En Venezuela hay cinco poderes y la AN es un solo poder y los que esperan cambios de políticas públicas o en la dirección del país tienen que reconocer que hay límites en este sentido.

-¿Cuáles son los retos del sistema electoral venezolano?

Hay dos categorías: el proceso electoral y el sistema electoral. Los retos del proceso tienen que ver con la falta de regulación de la precampaña y del financiamiento público a partidos políticos. La resolución de las disputas de delitos electorales también debe ser más transparente, debe haber más información de las investigaciones porque el CNE es el único actor que administra la elección.

El sistema electoral tiene que ser más proporcional. Las fórmulas para elegir a los representantes deben asegurar que toda la gente tenga el mismo chance de tener un diputado, que no haya sobrerrepresentación o que algunos estén bajo representados. Este sistema se percibe como “el ganador toma todo y un perdedor toma nada” y esto es muy dañino en países como Venezuela que tienen un contexto de polarización.

-Expertos electorales han dicho que el CNE tiene que pedir créditos adicionales para financiar la elección de gobernadores por la crisis que atraviesa el país. ¿Cree que se está en condiciones para hacer esta elección?

Hay dificultades en países que tienen límites presupuestarios; es importante mantener la agenda de elecciones según la Constitución. Estas son decisiones muy difíciles para los gobiernos, porque tienen que hacer sacrificios porque los votos son necesidades, pero las medicinas y la comida son necesidad de vida. Sería menos costoso para el Gobierno consensuar con la oposición en la Asamblea Nacional para hacer este tipo de sacrificios, pero hasta el momento no veo ningún diálogo de este tipo.

-Usted dijo una vez que la democracia venezolana estaba dañada. ¿Mantiene esa postura al día de hoy?

Es una democracia débil porque cuando las instituciones están controladas por el mismo partido no hay controles necesarios para asegurar el Estado de Derecho. La concentración del poder siempre es un riesgo para la democracia y eso es lo que hemos visto en Venezuela desde 2005. La polarización que vemos ahora genera un “gobierno divido” que es cuando el Ejecutivo es de un equipo y la Asamblea de otro y esto puede llevar a una parálisis en la toma de decisiones.

La politóloga se encuentra en el país para participar en las jornadas de reflexión sobre los procesos electorales, diálogo y convivencia democrática en Venezuela que iniciará el Observatorio Global de Comunicación y Democracia este jueves 25 de febrero a las 9:00 am a 2:00 pm en la Universidad Central de Venezuela.

</div>