Desde el 12 de febrero de 2104 Jonny Montoya no ha dejado de reclamar a las autoridades por la impunidad en las investigaciones sobre la muerte de su hermano, Juancho. Él fue la primera víctima de ese día de manifestaciones y protestas. Un tiro acabó con su vida  y son pocas las voces que se han levantado para exigir justicia sobre su caso. Para paliar esta ausencia está Jonny, quien participó en el golpe de noviembre de 1992; fue PoliCaracas y perteneció al PSUV. Ahora ha dedicado su vida a denunciar la dilación en las pesquisas, en revelársela a quien quiera escucharlo. Aunque ha sufrido amenazas, no se calla. Hoy es la primera vez que asiste a un acto de la oposición.

¿Por qué está aquí?

Primera vez que voy a un acto de la oposición. Van 592 días del asesinato de Juancho. Creo que en esta Quinta República no va a haber justicia, estoy esperando a la Sexta República. Y estoy aquí dando un apoyo a los futuros cambios que vienen en Venezuela.

¿Qué cambios son esos?

Un cambio total. Esto sí va a ser la revolución verdadera que yo he soñado siempre. Aunque algunos detestan la palabra revolución, revolución significa revertir el orden constituido por un nuevo orden que sea mucho mejor que el que estaba prestablecido. No hacer lo que unos hicieron ahorita, que fue un reformismo. La revolución bolivariana se convirtió en un reformismo balurdo. Un reformismo que, en realidad, lo que ha hecho es empeorar todos los males de la Cuarta República.

Usted pertenecía al PSUV y siempre acompañó al Gobierno del presidente Chávez…

Me voy más allá. Yo participé en el golpe de Estado del 92 con Chávez. Mi célula de conspiración de esa época eran Aristóbulo Istúriz, Alí Rodríguez, Pablo Medina y Carlos Melo. Yo participé en el golpe y me siento comprometido con mis hijos y con mis nietos. Me siento comprometido en cambiar esto y, si es posible, darles el empujón para que se terminen de ir.

¿Ha tenido contacto con alguna de las personas con las que participó en el golpe?

Con esos que nombre anteriormente, no, porque ellos le sacan el cuerpo a uno. Ellos ahora son burócratas, lo que nosotros criticábamos. Sin embargo, mucha gente del colectivo sí me ha llamado y me han dado un apoyo moral. No lo pueden hacer público porque hay mucha persecución en las filas de los bolivarianos.

¿A qué se refiere con que ha habido mucha persecución?

Por lo menos yo soy perseguido. A mí me destituyeron de mi trabajo, me destituyeron de la PoliCaracas. Yo soy comisario jefe, pero destituido.

¿Cuántos años estuvo en la policía?

Dieciocho años. Yo fundé la Policía de Caracas con Aristóbulo Istúriz, después llegó Antonio Ledezma y me botó. Luego llegó la revolución, volví a ingresar, y más tarde Jorge Rodríguez me botó dos veces.

¿No le resulta paradójico estar aquí sabiendo que la concentración de hoy también es a favor de Ledezma?

Yo soy una persona madura. Yo no considero que Ledezma fue quien me botó, fue el gobierno de Ledezma por medio de un abogado borracho llamado Juan Carlos Arroyo. La agarró conmigo porque yo era revolucionario desde aquella época y era un pecado serlo para ese entonces. Fui destituido de forma abrupta. Fui el primer destituido de PoliCaracas, que se llamaba Instituto Autónomo de Policía Administrativa. Yo en realidad no le tengo nada a Ledezma, sino que tiene que revisar cuando vaya a tomar acciones de ese tipo porque afecta a terceras personas. A mí me afectó, como el caso de ahorita. Jorge Rodríguez me ha botado ya dos veces entonces, bueno, ellos sabrán lo que están haciendo. Yo sigo denunciando firmemente la falta de justicia, la falta de derechos en Venezuela.

Sin embargo, el Gobierno dice que casi todos los autores materiales de los fallecidos de las protestas de 2014 están tras las rejas.

Eso es falso. Por ejemplo, en el caso de Juancho nada más, que fue el primer muerto, no hubo ningún allanamiento. No hubo ninguna detención. Hubo la entrega de un individuo. A los 147 días hizo un show y se entregó. Por lo tanto, el caso de Juancho está impune: no se han hecho investigaciones y los dos fiscales hacen lo que le manda Luisa Ortega DíazHan frenado y obstruido la investigación. Lo he denunciado en la Organización de los Estados Americanos, allá en Washington en la vicepresidencia de los Estados Unidos. Lo he denunciado en la Defensoría del Pueblo. Tarek (William Saab) no es defensor del pueblo. Es amigo mío, yo lo conocí cuando estaba en PoliCaracas. Ahorita lo que tiene es un discurso como defensor del Gobierno. Vean y desmonten el discurso de Tarek, que no está defendiendo a nadie, nada más al Gobierno.

¿Usted sabe si la persona que se entregó por el caso de Juancho Montoya sigue tras las rejas?

A él lo han querido soltar por buena conducta. Es paradójico porque él es el asesino material, pero dos colectivos participaron en la muerte de Juancho. Uno es el colectivo Osvaldo Arenas, cuyo jefe se entregó y está preso. El otro colectivo que participó en la confabulación del asesinato de Juancho fue el colectivo Waraira Repano, al mando de Robertico. Ellos participaron y confabularon en la muerte de Juancho. No me queda la menor duda. Sí manejo varias hipótesis pero porque no han hecho una investigación seria.

¿No teme que le llamen traidor o vendepatria por estar aquí?

En 2007 yo escribí un libro que se llama “Apología de un policía social”. Allí, en ese libro, hay una “carta al traidor”. Yo lo escribí en 2007, cuando ellos empezaron a decir que yo era traidor porque en ese año yo empecé con la crítica a Chávez y, personalmente, le dije al presidente que se lo leyera. Él y que leía libros pero para mí que no lo leyó. Sin embargo, Chávez me dijo que iba a leerlo en aquel entonces. En esa “carta al traidor”, yo dilucidé la palabra traición, que es cuando tú violas los principios de alguien. Sin embargo, primero tienes que no violar los que son tuyos. Yo no soy traidor conmigo ni con mi conciencia. Yo creo que estoy llamado a hacer un alerta con todos los camaradas: Amigo, revolucionario, por favor, usted sabe que esto está mal. Usted sabe que están matando a la gente sin necesidad. Usted sabe que están persiguiendo y hostigando a la mayoría de los venezolanos. Y a los que son revolucionarios como yo, nos quieren eliminar físicamente, moralmente y socialmente. Yo digo que reflexionen, porque Venezuela no va a durar así 100 años.

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