En 2015 la red de Abastos Bicentenarios manejó tres veces más recursos que lo que obtuvo en 2014 para el plan de abastecimiento, pero distribuyó 12.617 toneladas de alimentos menos respecto a ese año.

Con una inversión de Bs 9.953.103.432 millones Bicentenario no logró “expandir las redes de distribución socialista” como estaba previsto en las líneas estratégicas del Ministerio de Alimentación (Minppal), pues solo vendió 193.510 toneladas a nivel nacional. Una cantidad inferior a las 206.127 toneladas de alimentos que la red colocó en los anaqueles con menos dinero (Bs 3.918.458.248 millones) en 2014, según revela la Memoria y Cuenta del Minppal 2015.

En el documento oficial se alega que el sector privado fue el que recibió la mayor asignación de materia prima –para estimular la producción nacional-, pero solo el 45% incrementó su cuota de producción. Sin embargo, las asignaciones para los abastos Bicentenario engordaron considerablemente el año pasado sin que se viera reflejado en un aumento sustancial de productos de primera necesidad en los anaqueles.

Menos beneficiarios

En 2015, 433. 327 personas quedaron por fuera de la lista de beneficiarios de la Red como consecuencia de la disminución de comida distribuida. En un contexto de desabastecimiento que el gobierno atribuye a una “guerra económica” y la oposición señala como una consecuencia de “la implementación de políticas económicas erradas”, las cifras reflejan que hubo una reducción de 2.827.442 personas (2014) a 2.394.115.beneficiarios

“Se pudrió”

El propio presidente de la República Nicolás Maduro admitió que Abastos Bicentenarios “se pudrió”  y ordenó convertirlos en centros de distribución directa de los mercados comunales el mismo día que anunció el aumento de la gasolina.

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La “restructuración” y desaparición de esta cadena está vinculada a su vez con la “mafia de alimentos” que desmontó el Ministerio de Interior y Justicia a principios del año y que fue denominada “Operación Gorgojo”.

Entre los capturados por negociar con la comida está la expresidenta de la Red de Abastos Bicentenario, Bárbara González, junto a ella cayeron dos autoridades más de una segunda red pública: la Corporación Venezolana de Alimentos (Cval).

Llama la atención que en los dos últimos años el control y la fiscalización haya sido el norte de los objetivos estratégicos del Ministerio de Alimentación. De hecho, en la Memoria y Cuenta de 2014 establecen la creación de la Superintendencia Nacional de Gestión Agroalimentaria (Sunagro) en sustitución de la Superintendencia Nacional de Silos, Almacenes y Depósitos Agrícolas (Sada) para incrementar las inspecciones a plantas, almacenes y establecimientos públicos y privados a nivel nacional.

Solo en 2015 fueron destinados Bs 2.545.189 para “la supervisión y control del sistema agroalimentario” con lo que se gestionó un total de 4.766 inspecciones a nivel nacional, pero el organismo manejó un monto superior total de Bs 181.268.744 para los gastos operativos de la empresa y para implementar otros mecanismos de control “del ciclo agroalimentario de la nación” de lo que ejecutó Bs 105.072.147 (57%). Superior a los recursos recibidos por Sada en 2014 de Bs 129.793.917 del cual se pagó Bs. 91.710.882 (70,6%).

Distribución de Cval cayó 54%

El rendimiento de la Corporación Venezolana de Alimentos (Cval) es aún más dramática que la de Abastos Bicentenarios. En 2015 distribuyó 54, 7% menos comida que en 2014. De 5.086 toneladas en 2014 pasó a poner en los anaqueles públicos y privados solo 2.302 toneladas.

El presupuesto de la Corporación el año pasado fue de Bs. 1.162.989.497 y la ejecución financiera alcanzó el 71%.

Por lo que el objetivo central de Cval que es “desarrollar un sistema de producción de bienes y servicios provenientes del sector agroindustrial, contribuyendo con la satisfacción de las necesidades humanas del pueblo venezolano que permita el uso adecuado de los recursos materiales, financieros naturales y el talento humano, mediante la distribución de los bienes y servicios en el ámbito nacional e internacional, de manera efectiva sin obtener ganancia y aun precio justo” tampoco fue alcanzado en 2015.

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