Jorge Ruíz y Yohanna González tienen algo en común: ambos fueron a Farmatodo y ambos tuvieron que colocar las huellas de sus dedos índices, el izquierdo y el derecho, para facturar sus compras. Ruíz adquirió pañales para su hijo y González una pasta dentrífica. Sea un producto regulado o no el usuario debe pasar por el control.

Al terminal de cédula de identidad, ahora se suma este nuevo control para la hora de adquirir rubros de cualquier índole en cadenas privadas de farmacias y automercados: las máquinas captahuellas.

En un recorrido hecho en distintos establecimientos en los municipios Chacao, Libertador y Sucre se constató la presencia de captahuellas para adquirir cualquier rubro. El más reciente de los supermercados en implementar este sistema es la cadena Excelsior Gama, donde se empezó a aplicar desde el viernes pasado.

Otras cadenas como Luvebras y Unicasa también hacen usos de estas máquinas.

Igual ocurre en las redes de farmacia Farmahorro y Locatel. En esta última, el gerente de la sucursal ubicada en La Castellana confirmó que las captahuellas empezaron a usarse desde el jueves pasado.

De acuerdo con el subgerente del Excelsior Gama Plus de Santa Eduvigis, José Gregorio Vílchez, los usuarios han mostrado poco rechazo hacia la implementación del nuevo sistema. Vílchez señala que para los compradores representa otra parte del proceso de facturación de productos, al igual que el terminal de cédula. Sin embargo, de 11 personas consultadas durante el recorrido 10 se manifestaron contra el uso de las captahuellas y coincidieron en que la medida no resolverá ninguno de los problemas que pretenden atacar.

Para Roberto León Parilli, presidente de la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores (Anauco), el uso de este sistema para la compra de cualquier rubro significa que el problema se ha extendido más allá de la escasez. El control ya no se ejerce únicamente sobre los productos de valor, porque “lo que es algo de gran valor para una persona no necesariamente lo es para otra”.

Asegura  que la implementación de las captahuellas no resolverá el problema del desabastecimiento, pues “medidas similares han sido aplicadas anteriormente y los resultados son cada vez peores”. Para combatir el desabastecimiento, las colas, la escasez, la especulación y la reventa de productos,  León Parilli subraya que es necesario mejorar la producción nacional para garantizar la tranquilidad del ciudadano, la cual significa que los compradores tienen derecho a adquirir el producto que deseen sin ninguna restricción.

“El artículo 305 de la Constitución vela por la seguridad alimentaria de la nación y esa seguridad no está presente si una persona tiene que esperar una semana para adquirir un producto solo porque hoy no le toca por su terminal de cédula”, señala León Parilli.

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