El aumento salarial de 50% decretado por el presidente Nicolás Maduro el pasado domingo 8 de enero le trajo a Pedro Solís* su primer dolor de cabeza de 2017. Administrador de un parque de diversiones en un centro comercial, Solís ya tenía suficiente trabajo intentando ajustar las cuentas para que las entradas del sitio no fueran tan caras y para que las deudas del local quedaran solventes. “Uno no sabe hasta dónde puede llegar. Te toca ver cómo sobrevives”, dijo sobre los gastos a la nómina que suman el primer incremento del año.

Anteriormente, Solís recuerda que aumentaba el sueldo de sus empleados en función del tiempo que llevaran en la empresa o de su productividad. Ya no más. Los constantes incrementos de 20%, 30% y 50% que ha decretado el mandatario nacional desde que llegó al poder, le quitaron esa posibilidad de “premiar” a los de mejor rendimiento.

“Yo daba todos los decretos y un poquito más a los que estaban en una plantilla distinta. Ahora me he limitado a dar lo que dice el Gobierno“, indicó. Sueldo mínimo para todo el mundo.

En un año, aseguró, aproximadamente seis trabajadores culminaron sus actividades en el parque infantil, ya sea porque han prescindido de sus servicios o porque estos han decidido probar suerte en otro país. De igual manera, quien se va no es reemplazado. Los valores de las nuevas nóminas no lo permiten y descuadrarían las cuentas de los otro 30 empleados a los que debe pagar.

La misma situación ha impedido que Marco Venegas*, director de una clínica cercana a los altos mirandinos, pueda reemplazar el personal que abandona la empresa que dirige. “Cargo que se va no se reemplaza. Yo tengo camilleros, enfermeras, médicos que se están yendo del país. Está cerrado todo tipo de contratación por el peso que tiene la nómina“, indicó.

El centro de salud cuenta con una plantilla de 240 empleados. Sin embargo, Venegas resaltó que otro problema a al que él se enfrenta es el de la inamovilidad laboral, que lo ha obligado a llegar a acuerdos con distintos trabajadores para una salida amistosa. “A la gente le parece muy bueno un aumento, pero al final lo que va a suceder es que se van a perder puestos de trabajo“, dijo.

La clave del sector salud para sortear la crisis ha sido “aguantar”. Mientras los gastos de las empresas suben y los servicios aumentan, disminuye la demanda de los clientes. “Las clínicas han tenido que pedir préstamos para cumplir con los pagos de utilidades o de vacaciones“, aseguró. Añadió que las medidas son más fuertes en contra del sector privado ya que hay instituciones públicas en donde los aumentos del Presidente han pasado por debajo de la mesa por falta de recursos.

Aún así, Venegas se resigna ante la situación que le tocó enfrentar. “Lo que pasa con las empresas que prestan servicios médicos es que aquí no hay máquinas que reemplacen al ser humano. La atención tiene que ser personal”, dijo. La demanda ha disminuido tanto que considera que la clínica podría funcionar con 100 empleados menos. “Estoy trabajando para pagar las nóminas, no para mí”, afirmó el director del centro de salud.

Los pequeños comerciantes también sienten la medida en sus bolsillos. Tony trabaja en una empresa propia que comercializa licores en Caracas. Cuando empezó, tenía cuatro empleados. Ahora tiene solo dos, para contar con uno por si el otro se enferma. “No es nada más por el sueldo mínimo, sino lo que ese aumento significa, como las vacaciones, las utilidades y otros pagos que hay que hacer a los trabajadores”, explicó.

El anuncio del aumento salarial también agarró a Tony fuera de base, quien aseguró que la escasez de productos y la medida son “casi insoportables” para su negocio. Aún así, dijo que se las arreglará para honrar el incremento de 50% decretado por el presidente Maduro. De todo recortará en la empresa, pero indicó que el pago de sus empleados no se posterga.

“Ya le dije a mi esposa que tenemos que ir haciendo ajustes en otras cosas. Uno puede restringir los gastos del seguro, por ejemplo, pero el salario es algo que tienes que cumplir”, aseguró.

En los primeros ocho días de 2017 el Presidente anunció el aumento del sueldo mínimo. A los empresarios y comerciantes, sean del sector que sean, solo les queda sortear la crisis para honrar los pagos y mantenerse solventes ante la inflación mientras puedan. “A uno lo que le queda es preguntarse hasta dónde podemos llegar, porque si esto fuera una cuestión coyuntural, uno dice ‘yo aguanto hasta donde pueda’”, finalizó Solís. “Pero no es así. Todos sabemos que las cosas van a seguir empeorando”.

*Nombres ficticios. Los entrevistados no quisieron revelar su identidad por temor a represalias. 

</div>