Fallas técnicas en las instalaciones y los altos índices de inseguridad que afronta el país han ocasionado descensos en la producción de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), que genera 258.000 barriles de crudo menos que al cierre del año 2015, según fuentes publicadas por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep).
De acuerdo a una investigación realizada por los economistas Francisco Monaldi e Igor Hernández, publicada por el Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, aproximadamente el 40% del sistema de perforación de Pdvsa ha estado inoperativo desde el 2015 como resultado de las operaciones en la Faja Petrolífera del Orinoco, donde la tasa de ineficiencia ha sido superior al 50% en los dos últimos años.
“Hay varios factores que contribuyen a este resultado, entre ellos la adquisición de equipo de perforación no compatible con las instalaciones existentes, la falta de personal con experiencia para operar el equipo y graves problemas logísticos”, detalla el documento.
Desde la huelga petrolera de 2003, que abrió paso al despido masivo de personal en Pdvsa, la empresa comenzó a financiar actividades no petroleras, como los programas sociales realizados por el Gobierno nacional, que se incluyeron en los planes estratégicos de la institución, afectando la inversión en el desarrollo petrolero.
“En los años siguientes (después de 2003), la creación de filiales no petroleras, así como la expropiación de empresas de servicios petroleros en 2009, generaron un aumento significativo en la nómina de Pdvsa. En 2015, el número total de empleados (incluidas las filiales no petroleras) fue de 150.032, más de cinco veces el número de empleados reportados en 2003”, explican Hernández y Monaldi.
Esto provocó desmejoramientos en el mantenimiento de las instalaciones industriales, lo cual afecta la calidad del crudo, que no satisface los requisitos de comercialización. Además, la falta de manutención crea problemas de operatividad. De allí que en los últimos cuatro años Pdvsa registre más de 30.000 derrames petroleros.
A esta situación se une los problemas en el sector eléctrico nacional, que representa una importante limitación en la expansión de las operaciones petroleras. “La refinería de El Palito depende de la generación de energía del complejo Planta Centro, el cual ha sufrido interrupciones frecuentes en el servicio”, precisa el informe a manera de ejemplo.
“Por esto y otros problemas relacionados con la operación de las refinerías, la disponibilidad de productos ha disminuido, el cual afecta la cantidad de exportación. En los casos de transporte de infraestructura, los cortes de energía pueden provocar interrupciones en el proceso de carga y descarga en el terminal José (el principal puerto de exportación de crudo en el país), dada su dependencia de la generación hidroeléctrica”.
